El futuro ha de ser, debería de ser, de creadores como Alessio Arena. Porque referirnos a él solo como músico constituye una mirada restringida; este joven y encantador cantautor de sangre napolitana se gana la vida como profesor de literatura y suma ya tres novelas en lengua italiana. No nos pregunten por ellas, porque no ha habido ocasión de hincarles el diente; solo avisaremos de que, con que fuesen la mitad de buenas que sus discos, ya bien merecería la pena leerlas. Alessio reside en Barcelona y le conocimos tres años atrás, cuando llegó a España su precioso segundo álbum, La secreta danza, y el para siempre añorado Jorge Camarlengo –uno de los difusores más entusiastas que conocimos y conoceremos– decidió abrazarle como uno de sus artistas patrocinados. Aquel trabajo servía para comprobar la sensibilidad fluida con que a Arena le nacen las canciones, ese candor luminoso que le aporta la mediterraneidad cada vez que se coloca frente al folio en blanco. Atacama! no solo consolida todo aquel hábitat, sino que incorpora las influencias aprehendidas por su firmante a lo largo de sus últimas escapadas latinoamericanas. Arena se sentía en deuda personal con Uruguay y Venezuela, países a los que sus antepasados emigraron en tiempos difíciles, pero el flechazo definitivo con el cono sur se produjo cuando sus pies pisaron el desierto de Atacama, en el norte de Chile. Convertidas aquellas tierras en su Rubicón particular,  Alessio acabó de comprender la grandeza del silencio y los espacios abiertos. Y todo ello –sosiego, belleza, sincronía entre el Mediterráneo y Suramérica– acontece durante este disco hermoso, plácido, lírico, un álbum en el que la voz de Arena es abrazo y caricia, un caramelo dulce y sensible que puede traernos a la cabeza a nuestros Alberto Alcalá o Hugo Arán. Compruébenlo con CamanchacaLa orilla, con ese vals galante aderezado con garabatos de clarinete que se titula El hombre que quiso ser canción. O, aún mejor, con Diablada, que acentúa los puentes con América Latina y se queda a un paso de la cumbia. Alessio Arena es hijo del 84, año en el que no dejaron de suceder cosas alentadoras. Podemos tomarlo, a modo de licencia poética, como un indicio, una señal. En cualquiera de los casos, es una suerte haberle podido incorporar a nuestras listas de reproducciones.

2 Replies to “Alessio Arena: “Atacama!” (2019)”

  1. Muchas gracias por este descubrimiento. Aunque yo había ya leído una novela suya (extraño libro pero fascinante) hace una década, no sabía de su voz y de su oficio de cantor.

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