Apenas un año antes, canciones como Christian o African and white habían servido como promesa. Llegados a 1983, el segundo álbum de China Crisis supuso ya una conmoción. Habían asomado la cabeza por La edad de oro, aquel programa de Paloma Chamorro en el que se dirimían todos los asuntos concernientes a la modernidad. Parecían beber de ese mismo pop sintetizado que tan buenos réditos proporcionaba a Orchestral Manoeuvres in the Dark (Animals in jungles y Papua resultaban fantásticas en esa faceta), solo que Gary Daly y Eddie Lundon no se conformaban solo con los postulados de las maquinitas. Por lo pronto, el oboe, instrumento pintoresco en el pop y más aún en la década de los ochenta, merecía un protagonismo de excepción en When the piper callsHere comes a raincloud, una canción nostálgica y meditabunda, de día emborronado por las tormentas interiores, en la que también emergían los arreglos de cuerda. Y el tema titular afianzaba un gusto por las percusiones marcadas (como The gates of door to door) y esa voz tan singular de Daly, rara, ausente de cuerpo y a veces al borde del hipo, pero sencillamente inconfundible.

 

Working…, la canción, no solo aportaba una concienciación social y obrera también inusual para el pop de la época (obsérvese la estampa fabril en el centro de la portada), sino que sugería el amor de estos dos amigos de las afueras de Liverpool por David Byrne y sus Talking Heads. También sucedía en la despepitada Hanna Hanna, que pasaría sin problemas por una versión tecno de Psycho killer. Puede que en la diversidad y solvencia del álbum influyeran los tres meses de maduración que experimentó en The Manor, un estudio y residencia por la que los muchachos admiraban gracias a los tres primeros álbumes de Mike Oldfield y a Rubycon, de Tangerine Dream. Eran muy jóvenes, estaban en racha y ninguna faceta se le resistía: ni el corte más funk de Tragedy and mystery, con las mejores líneas de bajo del disco, ni el refinamiento baladístico para Wishful thinking, uno de los mayores éxitos de la banda en toda su historia. Y con Lundon asumiendo por una vez la voz cantante, que para ello se ajustaba mejor a los cánones de los sonidos armoniosos.

 

Algunos creyeron percibir también ecos de Steely Dan en la música de China Crisis, y el tiempo les daría la razón cuando para el tercer álbum (Flaunt the imperfection, 1985) el dúo reclutó como productor a Walter Becker. Aquel sería un trabajo seguramente más perfecto, aun contradiciendo su título, pero aquí la presencia de sintetizadores con instrumentos de viento y percusiones ostentosas ofrecía un panorama insólito. Y, sí, definitivamente adorable.

One Reply to “China Crisis: “Working with fire and steel” (1983)”

  1. Uno de mis discos favoritos de los 80, unido a recuerdos muy queridos y a una época de mi vida dolorosamente perdida. Gracias por recordármelo.

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