A Samuel Joseph le obsesionaba tanto la figura de Brian Wilson que decidió matricularse en la misma universidad del genio fundador de los Beach Boys. Recorrer idénticas aulas, respirar el mismo aire. Toda esa fascinación se refleja ahora en el disco de debut de este maravilloso hippy, un joven barbudo y desaliñado que emplea todo su tiempo y energías en crear algunas de las canciones más caleidoscópicas de la temporada. No tendrá tiempo para visitar la peluquería, pero aprovecha cada uno de sus días asombrosamente bien.

 

Imposible no admirarle. Y dificilísimo escoger un título favorito entre los 12 que integran este debut colorista, eufórico, sensacional, en el que el sol de unas fabulosas armonías vocales acabará por proporcionarnos toda la vitamina D de la que nos privó el confinamiento. En Whatever it is acontece un fenómeno raro pero mágico: cada vez que acabamos de escuchar una canción presuntamente perfecta, la siguiente parece elevar el listón todavía un centímetro más.

 

Cuentan que los apenas 32 minutos de esta entrega son fruto de sus buenas 200 jornadas de sesiones de grabación, en régimen de convivencia casi comunal, creatividad a flor de piel y promiscuo intercambio de fascinaciones. La historia, a la vista del resultado, es perfectamente verosímil. Los Chicos de la Playa ocupan un lugar preponderante en el santoral, eso es muy evidente (Anywhere is everywhereColors in the sky), pero el aliento de la psicodelia nos aporta aromas adicionales aquí y allá (Some faith) hasta que, ¡cielos!, ampliamos el horizonte de influencias solo para enamorarnos cada vez más de estos locos maravillosos. ¿O es que acaso no es Natural un tributo evidente a la Electric Light Orchestra y las guitarras de Jeff Lynne? ¿No podría provenir Get it right, en su esqueleto, de alguna maqueta perdida de Crosby, Stills & Nash? ¿Y cómo perder la ocasión de recordar a los efímeros y adorables Jellyfish, si las guitarras incisivas y melódicas de Yeah like whatever parecen suyas?

 

Fieles a su espíritu sesentero, los Forever terminan esta memorable exhibición en poco más de media hora, justo tras el ukelele y la desnudez entrañable de Happening. Pero conjugan el formato del LP con hasta un par de sencillos paralelos, Everything is so hardI’m feeling it, no incluidos en la entrega y accesibles a través de un código de descarga. Felicidad a 45 revoluciones, aunque sea en la era digital. Póngannos lo mismo que beba este tal Joseph, por favor. Salvo por el estilismo, nos encantaría parecernos a él.

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