Uy, esto es divertido. Incluso bastante divertido. Y hasta deliciosamente desconcertante, porque durante un buen rato podemos no saber por dónde nos vienen los tiros. Y porque sus artífices materializan aquí un frenético y delirante viaje de ida y vuelta. Resulta que este sexteto en cuestión es valenciano, pero se enreda en la aventura de un disco en torno a 14 corridos mexicanos… travestidos en corridos cabareteros y acidísimos: como si muchos no lo fueran ya de por sí. Y todo esto, en torno a un género que no es autóctono de tierras aztecas, sino que nació como transmutación de las “seguidillas” españolas. Muy loco todo, porque Limotheque, que ya le había dado a todo (jazz, swing, folk), maximaliza su eclectismo desprejuiciado y reinventa, o casi se inventa, historias que guardábamos en la memoria con apariencia muy distinta. Por eso, aquello de “Si Adelita se fuera por otro…” ahora es en “Adiós, Adelino” la crónica de una mujer aliviada y liberada tras quitarse de encima a un auténtico petardo. Y la clasiquísima “Cucaracha” se da una pasadita por Praga para reconvertirse en “De Kafka la cucaracha”. Y así todo. Muy loco. Muy ingenioso. Muy lúcido. Y con esos arreglos de Gerard Vercher (piano, saxo, acordeón) tan inventivos, misteriosos, taciturnos, salidos de madre. Que una joya así no se quede en el limbo.

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