El dolor y la esperanza. La congoja, pero también la hermosura. De todo eso habla, quizá casi sin proponérselo, este trabajo en solitario de Nathaniel Rateliff. Un disco de vocación pequeña y capacidad para resonar en nuestro interior, y prolongarse en nuestra memoria, como si fuera extraordinariamente grande. Rateliff ha orillado en esta ocasión a sus Night Sweats, unos “sudores nocturnos” que en ningún caso casaban con el objetivo, la ambientación, el espíritu de este trabajo acústico, humilde, rigurosamente confesional. Una obra marcada por una doble pérdida; el escozor de un amor que se extingue y el adiós irreparable al gran Richard Swift, músico, amigo y, en el caso que nos ocupa, casi mentor, pues él fue quien logró nuevos bríos para la trayectoria de Rateliff y le reorientó hacia ese soul “sudoroso” con el que ha hecho fortuna en medio mundo (y basta con acudir a su fantástica entrega en directo desde Red Rocks, en 2017, para certificarlo). Nuestro barbado protagonista de Missouri ha optado por regresar a los paisajes de Falling faster that you can run (2013), datado en los tiempos en que desde Europa no teníamos la menor noticia sobre él. Es decir, Nathaniel regresa a unos orígenes artísticos que desconocíamos y podemos paladear ahora como reinvención. Y si su producción junto a los Night Sweats es vigorosa, hemos de advertir que, en este modo intimista, nuestro trovadoresco Rateliff resulta encantador. And it’s still alright es –observen la luz y la sonrisa de portada, el propio título, el maravilloso tema central– un cántico de redención, una apuesta por la vida incluso cuando el destino se empeña en zancadillearnos. Y es el descubrimiento de un hombre al que creíamos bravío y que resulta ser un pedazo de pan. Hay momentos, sobre todo con Expecting to lose y All or nothing, en que quien parece resucitar no es el amigo Swift, sino el mismísimo Harry Nilsson. Aunque solo fuera por eso, ya merecería la pena adentrarse en este “nuevo” Nathaniel Rateliff, el autor del abrazo más cálido y sincero de lo que llevamos caminado en este 2020.