¿Está España preparada para un disco como este de Santi Araújo? La pregunta no es retórica ni de cosecha propia, sino que ha sido formulada en círculos melómanos de toda confianza y refleja un estado de opinión en torno a este Suelta ø muerde, una enormidad tal que solo caben el asombro, la fascinación y el temor a que no se haga suficiente justicia con una de las mejores obras del pop español de estos últimos años. Porque aquí hay sentido y sensibilidad, canciones de aire bonachón que encierran filigrana y orfebrería, el encanto de un corazón tendido a la bruma norteña. La sabiduría de quien ha escuchado mucho, y muy bueno, pero ha dejado que las esencias ajenas maceren un discurso propio, personal y adorable, sencillamente encantador.

 

Sobre Araújo escuchábamos menciones cada vez más plurales, abundantes y elogiosas, pero de él solo conocíamos un minielepé, Catedral (2018), que con sus cinco escuetas canciones no daba aún idea justa sobre las dimensiones del fenómeno. Suelta ø muerde, ya de tiros largos, es un primor de principio a fin, en contenido y continente, hasta en ideología. Porque este pontevedrés afincado en Santiago abraza tanto la cultura del fuego lento y el trabajo manual que ha numerado de puño y letra una edición que juega con las dualidades hasta el extremo del ingenio: todas las canciones tienen dos títulos, el álbum puede denominarse “Suelta” o “Muerde” en función de las preferencias del comprador, el título está rotulado personalmente por el autor en cada ejemplar, las letras y notas son manuscritas y, ya puestos, el lanzamiento oficial solo podía tener lugar el 22 del 2 del 22.

 

Pero dicho todo ello, el contenido del vinilo (bicolor) es todavía más sobresaliente. Santi es un alma luminosa que brilla por su cuenta, desde su condición autodidacta, cual verso libérrimo que evoca aromas pop de la mayor nobleza. Las afinaciones alternativas de su guitarra le alinean con Nick Drake, su extraña aura de seductor encaja con Devendra Banhart o Jens Lekman; y, sin necesidad de indagar en otras fronteras, muchas de estas canciones aúnan la sagacidad y la poesía sabia de nuestros Xoel López y Jacobo Serra. Y hechas todas estas observaciones previas…, mejor olvídenlas y entréguense a un cancionero sencillamente fantástico.

 

Araújo escribe con una sencillez en apariencia aplastante. Convoca a Leonor Watling para Miña rula/Non teñas medo en lo que casi parece una cantinela infantil. Se deja traspasar por sutilísimos aires latinos en Esqueleto/Óyeme para sugerirnos un Juanes impregnado de melancolía tras una larga estancia compostelana. Recurre al humor, o la retranca, en ese Qué mal me sienta/Quedar contigo que comparte con Anni B Sweet y parece escrita desde la noche de los tiempos. Y admite sus debilidades, su lado malo, en Ser mi amigo/Estar conmigo, una canción testimonial, sensible, bellísima, ante la que solo quedan ganas de estrujarle en un abrazo.

 

España ha de estar preparada, sí, para un álbum como este. Porque es lo mejor que nos ha pasado desde ni se sabe cuántos meses. Y, más allá de ingeniosas presentaciones y dualidades, no podemos desperdiciar ni un gramo de este sabroso alimento.

2 Replies to “Santi Araújo: “Suelta ø muerde” (2022)”

  1. Gracias Fernando por darme a conocer a Santi Araújo. Le seguiré y compraré. Pensé en “Muerde”… pero antes ďe morder, debo soltar… así que… “SUELTA”

    GRACIAS

    1. Me alegro mucho de que te haya gustado, Antonio. Creo que la venta de ejemplares de “Suelta” y de “Muerde” iban a la par, pero será divertido comprobar cuál se lleva al final el gato al agua. Yo, como buen gallego indeciso, terminé haciéndome con uno de cada… 🙂

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