Algo no funciona como es debido en nuestro ecosistema sonoro si un artista como Pepo López, escudero de Lichis en los tiempos de La Cabra Mecánica e integrante de aquellos ilustres Los Detectives de Quique González, se ve en serios apuros para colocar su música en la plaza pública y acaba optando por la autoedición ante la imposibilidad de que este Frágil sea objeto de un contrato discográfico. Porque el regreso en solitario del catalán, de quien no teníamos noticias desde Segundo round (2013), ofrece una ración abundante y sabrosa de esa canción de autor con vestimentas de rock que encantará a cualquier oído familiarizado con los sonidos de la Costa Oeste, pero también con un paisanaje local que abarca desde el propio González hasta Litus, con escalas en Santero y Los Muchachos o ese Txetxu Altube que viene recuperando últimamente su versión enchufada.

Frágil es una declaración de humildad y de humanidad; el autorretrato de un hombre que ya no puede volver a ser un niño, como el clásico secretista, pero ha aprendido a reposar y macerar las ideas, a reivindicarse sin jactancias ni aspavientos, a comprender que las debilidades nos hacen rabiosamente humanos y próximos al oyente. El propio Quique ejerce de cómplice y mentor en la estupenda De nubes y claros, pero la profusión de tiempos medios henchidos de nostalgias y evocaciones (las cuerdas muy beatles en Corre el amor, la resignada Ya se me pasará, el aire cabramecánico para Y no pasa nada, el punto abolerado y algo Rodríguez de El tiempo entre dos segundos) retrata a un escribidor en esa madurez sabia y libre de euforias que caracteriza a la mediana edad.

 

Si no pasa nada con un disco así, por jugar con uno de sus títulos, nos estaremos perdiendo algo hermoso, sentido, lúcido y bien macerado. Con un epílogo en catalán (Cadaqués), para el que no desentonaría una alianza con Litus, pongamos por caso. Y ese primer sencillo sobre amores desvanecidos, Las luces encendidas, con delicioso aire country-folk, que incide bien en nuestras fragilidades. Esas que acaban haciéndonos más reales, próximos y creíbles.

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