Nunca han sido Cowboy Junkies una banda precisamente propensa a la alegría, pero la vida ya se encarga de hacer cada vez más improbable y fatigoso el ejercicio de la sonrisa. Los hermanos Margo, Michael y Peter Timmins ya habían dedicado en 2020 su sepulcral Ghosts al fallecimiento de su madre, y es ahora la pérdida de la figura paterna, un hombre afectado además de demencia, la que marca el pulso dramático, apesadumbrado y sombrío de un álbum hermoso desde la misma alusión a la “belleza feroz” del título, pero tan profundo y poco instantáneo como nos tienen acostumbrados desde largos años ya (les quedan un par de temporadas para celebrar su 40 aniversario) estos cuatro canadienses.
Entre ambas despedidas paternas, los Timmins y su amigo de infancia Alan Anton solo encontraron hueco para ahormar un álbum de versiones pintoresco, Songs of the recollection (2022), pero sin duda son trabajos como este los que agrandan el mito de la tristeza sublimada. Porque el aire a menudo contemplativo y extático de obras anteriores se vuelve esta vez más espeso e incómodo, como si la sucesión de golpes (hay un tema titulado, muy elocuentemente, Myke Tyson here it comes) resultase demasiado insoportable en tan corto periodo de tiempo. Y así, entre gravitas y desesperanza, encontramos una colección para la emoción angustiada, para contener esas lágrimas que al violín le resultan imparables (Knives) y comprender la verosimilitud del infierno en el corte más áspero y elocuente de los 10: Hell is real.
El infierno se ha vuelto demasiado real, pero la belleza sigue siendo un compromiso ineludible tanto en la voz de la prodigiosa Margo Timmins como en las letras con las que Michael inmortaliza sus propios sollozos (Hard to build. Easy to break). Tan solo Shadows 2 como Throw a match desarrollan un discurso más enérgico y alejado de la balada, pero el puntual ruidismo guitarrero se convierte en un poderoso elemento sazonador para los de Toronto. Sucede con los dos títulos iniciales, What I lost y Flood, y ambos certifican la excelencia de una banda que habla sobre el ineludible paso del tiempo aunque simbolice, con su perdurabilidad, exactamente todo lo contrario.