Dobet Gnahoré es una de las grandes reinas del continente negro, pero esta poderosísima nueva colección de canciones la consolida como una voz irrefutable, un espejo en el que las nuevas generaciones de mujeres africanas podrán mirarse siempre y un banderín de enganche delicioso para quienes aún no se sientan muy familiarizados con el afropop y quieran adentrarse en este territorio sonoro pletórico, exuberante y embaucador. Todos son adjetivos que le encajan bien a Zouzou, una colección marcada por la luminosidad y el orgullo, tan rítmica y bailable como concienzuda, en la que el apego por la tradición se conjuga con una mirada rabiosamente contemporánea, avanzada y carente de prejuicios. No hay motivos para recelar: hablamos de un álbum instantáneo, una eclosión de color, un estallido de polirritmias y un salvoconducto para la felicidad.
Una parte relevante del interés que genera Zouzou podemos atribuírselo a su producción, que recae en Momo Wang (o Dr. Wang), un hechicero de los sonidos callejeros y contemporáneos muy cotizado en las calles de Abidjan y el hombre que llevó al estrellato internacional a Aya Nakamura, la reina maliense del rhythm ‘n’ blues. Aquí agita la coctelera sonora de esta gran diva de Costa de Marfil, una mujer que a la altura ya de su séptimo trabajo puede permitirse travesuras y salpimentar con aderezos urbanos lo que no deja de sonar espontáneo, esencial y terruñero. Es una visión lúdica y osada que simboliza bien esa chavalada en bicicleta que escolta a Dobet en las imágenes de la carátula y en la chiquillería aún más canija que la rodea en las fotografías interiores.
Puede que sus largos años de residencia francesa hayan internacionalizado algo el sonido de Gnahoré, como ya se intuía con Couleur (2021) y refrenda aquí el hecho de que no se recurra a ningún instrumento autóctono: la jefa se rodea de una decena de músicos, pero la alineación se circunscribe a guitarras, bajo, teclados, batería, coros, saxo y trompeta. A partir de ahí, los arpegiados rápidos y los estribillos en repetición, desde Zouzou a Ayoka, producen un efecto de enamoramiento instantáneo, igual que los arranques corales (Dobet) o los cálidos y adictivos tiempos medios, en los que Kômou bébé presenta una tersura adorable y You acaba sirviendo como remanso casi espiritual.
La gran dama marfileña no solo añade la condición de bailarina y coreógrafa en su currículo, sino que participa de manera directa, sola o acompañada, en la autoría de estas 11 nuevas composiciones. Su Grammy de 2010 por un dúo con India.Arie es un aval evidente, pero quizá no sea el último que acabe en las estanterías.
Muchas gracias Fernando por abrirnos los ojos a estas maravillas que llegan de destinos cuya musica es menos accesible descubrir. Muchas Gracias.
Gracias a ti por tu amabilidad, Pepe!!
hola,FERNANDO EN QUÉ CIA. DISCOGRAFICA GRABA LA ARTISTA DOBET GNAHORF O ALGO ASI,MUCHAS GRACIAS.
Hola, Ramón, buen día. Imagino que te refieres a Dobet Gnahoré. Graba para el sello Cuchamba, que en España distribuye Karonte.