Algún día habrá que homenajear como se merece a James Grant, uno de esos autores mayúsculos que no ha logrado zafarse plenamente aún del abrazo del anonimato. Guitarrista y coautor de buena parte de estos temas de Friends Again, dejaría la banda para constituir los casi tan deliciosos Love & Money y luego ha dejado rastro de su exquisita escritura con varios álbumes en nombre propio y composiciones, hermosísimas, para nutrir el cancionero en solitario de Karen Matheson (Capercaillie). Pero a principios de los ochenta, en ese hervidero permanente de pop inspirado que ha sido y sigue siendo Glasgow, Grant era un joven guitarrista brillantísimo al que reclutó el misterioso cantante Chris Thomson para redondear la alineación de un grupo en el que todo parecía tocado por la varita de la elegancia, empezando por su nombre: Amigos de Nuevo.

 

El enamoramiento fue instantáneo cuando empezamos a saber de esta formación, de la que nos gustaba todo. ¿Cómo no sentir atracción por unos escoceses que habían avanzado un sencillo titulado State of art, “Estado del arte”, donde los arreglos de cuerda eran cosa de Paul Buckmaster, el mismo que había puesto su rúbrica en el tratamiento camerístico de Space oddity (Bowie), Tiny dancer (Elton John) o el Moonlight mile de los Stones? Friends Again admiraban a Bowie y a Big Star, habían sido teloneros de sus no menos maravillosos The Bluebells, seguían de cerca las enseñanzas de Edwyn Collins al frente de Orange Juice y recordaban en más de una ocasión a otro jovenzuelo escocés de genio instantáneo, Roddy Frame.

 

Los característicos solos de guitarra con una nota mucha veces repetida que Frame impulsó en Aztec Camera se remedaban en Lullaby No. 2, otro de los temas de Friends Again que debió de hacerse muy popular y se quedó en éxito más que relativo. Como Lucky starSouth of love Money at the core, canciones enormes, efervescentes, a las que la diosa fortuna no premió con grandes ventas.

 

Cuando Trapped and unwrapped vio finalmente la luz, a finales de 1984, ni siquiera sabíamos que la banda había dejado de existir. Pero queda el recuerdo eterno de su pop sibarita, de Grant pellizcando las cuerdas y de un jefe de filas, Thomson, que devoraba cuantos libros de Tolstoi, Nabokov, Kafka o Camus caían entre sus manos. Cuentan que James era más de Yeats. Menuda alianza bella.

 

Postdata: Trapped and unwrapped ha permanecido fuera de la circulación durante décadas y algunos teníamos el vinilo ya francamente desgastado. En 2019, Cherry Red Records (¡benditos sean!) acertaron a recuperarlo en una edición integral en doble CD, que incluye no solo el disco original sino las versiones extendidas de sus sencillos, las caras B, maquetas, rarezas varias y, más importante aún, la última sesión de Friends Again antes de dar el portazo definitivo, con varias canciones que no llegaron a ver la luz.

5 Replies to “Friends Again: “Trapped and unwrapped” (1984)”

  1. Gracias por acordarte de este disco, Fernando, que trae muchos recuerdos. Thomson y Grant volvieron a hacerse buenos amigos again con el paso del tiempo, pero la forma en que Grant dejó la banda para formar Love & Money llevándose a la práctica totalidad del grupo y dejando a Thomson con una mano delante y otra detrás dejó heridas durante un tiempo. Hoy día achacan a la discográfica que el disco no fuera más exitoso: tardaron tanto en pensar la estrategia comercial con los singles que para cuando salió el album todos – incluidos ellos – habían perdido la paciencia y en su espacio en la escena sólo había sitio para Lloyd Cole & the Commotions.
    Pero de ese germen maravilloso con tanta mala suerte ha brotado mucha buena música. Stuart Kerr fue el batería de la primera encarnación de Texas. James Grant rozó su soñado éxito con L&M (Strange Kind of Love y Dogs in the Traffic son discos que merecieron mucho más) para luego reconvertirse en un cantautor de primera que toca mejor que escribe. Paul McGeechan es un reputado remezclador y masterizador de Glasgow que saca discos de pop ensoñador plagados de colaboradores que siguen – a bastante distancia – la estética Blue Nile. Y Chris Thomson intentó capitalizar el éxito de los Commotions sin éxito creando Bloomsday junto a Neil Clark y Stephen Irvine, para acabar encontrando acomodo en los fantásticos Bathers. Sus discos de mediados de los 90 (Sunpowder y sobre todo Kelvingrove Baby, pero las versiones originales, no las remezclas que salieron hace un par de años) son de lo mejor que ha salido de Glasgow. Y ya sé que eso es mucho decir. Pero esas son otras historias para otro momento.

    1. Guaaaau. Qué comentario tan sabroso, Américo, y cuántos títulos y grupos a los que seguir la pista. Gracias por el tiempo, esfuerzo y complicidad. Y… larga vida a Glasgow, evidentemente 🙂

  2. Hola Fernando,

    Gran disco! Para mí al nivel de Aztec Camera, que es decir mucho.

    Hablando de James Grant, merecería una revisión futura el Strange kind of love de Love and Money 😉

    1. Grant merece una revisión generalizada, porque también tiene algunos álbumes en solitario deliciosos. Pero muchas gracias por la sugerencia, Jesús, la tendré presente. Y muy de acuerdo con tu mención a Aztec Camera 🙂

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