El mundo y hasta la vida misma se ralentizan durante los 47 minutos de esta ruta sonora. Parece una bendición que así suceda, porque no andamos sobrados de bálsamos y este disco lo es. James Yorkston (arpegios cadenciosos, voz medio susurrada y perezosa, un ‘folkie’ erigido en paradigma de la nueva canción de autor escocesa) abrió un paréntesis en su trayectoria solista para registrar dos discos fabulosos junto al bajista de jazz Jon Thorne y el maestro indio de tabla Suhail Yusuf Khan. El bagaje adquirido con “Everything sacred” y “Neuk wight Delhi all-stars” se filtra ahora en una colección intimista y musitada, pero de una riqueza musical abrumadora. No puede haber lugar para las medianías en un trabajo que se inaugura con una pieza titulada “Tu belleza podría no salvarte”, título que más parece compromiso estético y lema de frontispicio: aun en la peor de las hipótesis, no renunciemos a crear materiales bellos. “Harmonium” lo consigue con cada respiración. James suena desolado bajo el arrullo de las aguas (“The blue of the thistle”), se alía con trompetas agónicas (“Shallow”), convoca a las musas en ese himno a la armonía natural (“El tiempo es tan sencillo si lo tienes todo”) que es “Like bees to foxglove”. El de Fife aporta una fascinante colección instrumental (mandolinas, dulcimer, concertina, las viejas nyckelarpas de la tradición escandinava), el propio Thorne asoma con algún contrabajo asmático (“Solitary islands all”) y el piano de John Ellis consigue sonar durante todo el disco como un batallón de gotas de lluvia golpeando sobre la ventana (“The villages I have known my entire life”). La nueva Escocia ya contaba con King Creosote o Alasdair Roberts, pero es James quien consigue ahora colocarse al frente del batallón.