Hace falta valor, si se nos permite parafrasear a Santiago Auserón, para acabar el día reescuchando un disco de Kansas. Circunscribámonos, eso sí, a los cinco o seis primeros (los de los años ochenta son terribles, ya sin paliativos), y en particular a este Masque, el tercero de la colección. Ay, aquellos tiempos de las casetes blancas de la CBS, cuando parecía que los grandes grupos siempre se correspondían con nombres de ciudades: de la época, y de la misma escudería discográfica, provienen el debut homónimo de Boston o aquel Grandes éxitos de Chicago en el que todos aparecían como colgados de un andamio, haciendo el indio. No serán pocos los hogares de melómanos con bastantes trienios que conserven los tres, siquiera en los anaqueles de la memoria.

 

Kansas nunca gozaron de buena prensa, quizá con razón. Eran rudos y excesivos a la vez. Buscaban la gloria de los estadios sin disimular en efectismo ni tosquedad. Erlewine, el sabio de Allmusic.com, los pone de vuelta y media, y hasta puede que de manera justificada. Pero ese Stephen Thomas no creció amamantándose con Masque, casi seguro. Ni descubrió gracias a The pinnacle que las canciones, aunque casi siempre duraran tres minutos, a veces se disparaban hasta los ocho. No asumió con cariño el detalle de que un grupo progresivo y de pabellón erigiese como emblema un violín francamente chirriante, el de Robbie Steinhardt. Un caso parejo al de Jethro Tull con la flauta de Ian Anderson, ahora que caemos en la cuenta.

 

Entendemos a Erlewine, cómo no. Pero quizá no tanto él a nosotros. Si volvemos a invertir tres cuartos de hora con esta antigualla desfasada, anacrónica y huérfana de reivindicaciones nos llevaremos una sorpresa. La de It takes a woman’s love (to make a man), que es diversión y desparpajo con sello yanqui al ciento por ciento y el jefazo, Kerry Livgren, en incandescencia. La de su prolongación, Two cents worth, con una línea de bajo incontestable. La de ese riff magnífico de hard rock para Child of innocence, entrelazado con un órgano embravecido. La del delirio progresivo para Mysteries and mayhem. Dos años más tarde llegaría Dust in the wind, famosísima pero contraindicada para la diabetes. Y aquello ya sí que empezó a ser otra historia.

2 Replies to “Kansas: “Masque” (1975)”

  1. Que su labor no quede sin respuesta. Sin palabras poéticas. Ayer compré este LP data de 1975 en 100 pesos mexicanos, con muestras en el folder de que es de ese año, hablar o describir la carpeta y la funda es un arte ya que la portada es una pintura.
    He saboreado y sigo saboreando este álbum en vynil, como debe ser. Maravilloso rock progresivo. Gracias por conservar y compartir de esta música de otra galaxia no apta para millenials.

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