¿Qué necesidad tenía Molly Burch, después de su maravilloso disco de 2018, de embarcarse en este proyecto navideño? Probablemente ninguna, y puede que en unos días terminemos orillando este álbum hasta que el próximo año el calendario vuelva a abocarnos a tan-entrañables-fiestas. Pero sucede que Molly aprovecha la tesitura para deslizar, junto a las consabidas versiones, algunas joyas de autoría propia cuya filiación navideña es, digámoslo así, colateral. Y así podemos disfrutar de una de las canciones más adorables de la temporada. Burch se instaló en Austin (Texas) para convertirse en una de las grandes princesas del pop vulnerable, y en ese contexto The coldest night of winter, a medias con Jesse Woods, otro compañero tejano de la misma generación folk, es fabulosa. Y con historia picantona: son las tres de la mañana, la chica le pregunta al chico si se va a ir, y él le contesta: “Podría pillar una gripe o ponérseme fría la nariz”. Así que, finalmente, la chica transige y dice: “¿Por qué no? Acurrúcate aquí, en la más fría noche del año”. Ya lo veis: el amor no es exclusivo de las canciones del verano.