En el capítulo de nuevas sensaciones que recordaremos por su nacimiento en este 2018 tendremos que hacer un hueco indiscutible a Parcels. Estos cinco chavalillos australianos tienen la edad y el desparpajo de tu sobrino, pero suenan a la música con la que tus tíos le concibieron, y esa ambivalencia no deja de resultar deliciosa. Los muchachos provienen de Byron Bay, se conocieron en la universidad y tras finalizar los estudios decidieron poner rumbo a Berlín, que hoy sigue siendo su base de operaciones: su efervescencia nocturna encaja mejor con el espíritu hedonista y el desparpajo que laten en este debut clamorosamente adictivo, muy indicado para el próximo fiestorro (intergeneracional, a ser posible) que albergue el salón de tu casa.
Los antecedentes eran ya significativos, sobre todo en lo tocante a ese single de 2017, Overnight, coescrito y producido por Daft Punk, que acertaron a descubrirlos en la primera actuación de Parcels por tierras francesas. El ascendente de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo (y, por extensión, del sonido disco-funk de Chic) es evidente desde la apertura, Comedown, y extensivo a otros momentos tan lúdicos como Closetowhy, perfectos para un número musical en un remake de Vacaciones en el mar.
Esa fijación por lo retro es señal de identidad y ejemplo de travesura en una banda en la que los cinco cantan y alborotan, casi como si nos encontráramos ante una versión millenial y rubicunda de los Jackson Five (escucha IknowhowIfeel y tararearás Wanna be startin’ something). Para el recuerdo, el zambombazo bailongo de Tieduprightnow, con estribillo irresistible, y los ocho minutos de lisergia dance en Everyroad. Y a explorar, la faceta intimista, casi baladística de Yourfault. Parcels no te cambiarán la vida, pero te la alegrarán.