En el capítulo de grandes promesas rutilantes que se desvanecen enseguida, River City People deberían ocupar un lugar de privilegio. Eran prístinos, radiantes, vibrantes. Lo tenían todo para comerse el mundo: una jefa de filas de voz adorable, dos hermanos con instinto casi asesino para el estribillo abrumador, un productor de postín y un álbum de debut en el que resultaba imposible escoger un single porque cualquiera de sus cortes se haría merecedor de tales honores. El invento funcionó razonablemente bien durante los primeros meses, pero nada más. Habría dos años más tarde un segundo elepé, ya de impacto modestísimo. Y se acabó.

 

Produce melancolía y algo de rabia reparar ahora en las excelencias de este Say something good, tratado de pop pluscuamperfecto que define bien el tránsito esperanzado de los ochenta a los noventa, justo antes de que la fulminante electrocución mundial que supuso el grunge lo alborotara todo. Siobhan Maher representaba la voz firme y serena, bien timbrada; con carácter sin necesidad de resultar temperamental. Los hermanos Speed, Tim (guitarras) y Paul (batería) se encargaban del resto: ese repertorio sin mácula, bien asentado en la tradición de una cuna tan ilustrísima como Liverpool y con reminiscencias del mejor britpop de los sesenta. Aunque el gusto por los bajos pedal recuerda a ratos a los U2 iniciáticos (Say something good, la preciosa Under the rainbow y, muy especialmente, Thirsty) y anticipa no pocas veces un sonido que en los noventa ganaría infinitos adeptos gracias a otros irlandeses queridísimos: The Cranberries.

 

En ese compromiso tácito con el eclecticismo y la versatilidad, los People se mudaron las primeras semanas de 1989 para grabar en Los Ángeles a las órdenes del ilustre Don Gehman, un productor que había hecho grande a John Mellencamp pero también acreditaba una joya para R.E.M. (Lifes rich pageant) y otro ejemplo paradigmático de pop afable, el de Cock Robin (After here through midland). De esa alineación de planetas surgió un primer sencillo deliciosísimo, aquel What’s wrong with dreaming, y otras canciones tan intachables, radiables y soleadas como When I was young y Carry the blame, además de alguna aproximación a The Pretenders (No doubt).

 

Para redondear la jugada, la reedición del LP en 1990 aportaba la angelical lectura de California dreaming, el clasicazo de The Mamas and The Papas, que fue muy bien acogida. Pero ahí acabó todo. Cuando llegó el segundo álbum, This is the world (1991), el mundo ya los había dado por amortizados. Y ni el dúo de Siobhan con la exBangle Debbi Peterson (Kindred Spirit) ni la banda de los hermanos, bautizada con su fulgurante apellido (Spirit), llegaron a ninguna parte. Una pena.

2 Replies to “River City People: “Say something good” (1989)”

  1. De River City People guardaba un vago recuerdo del videoclip de ‘Walking on ice’ y de su cantante con un sombrero. Era una canción agradable que esta crónica me ha llevado a desenterrar. La verdad es que jamás habría vuelto a acordarme de todo esto de no ser por este blog. El caso de River City People es muy parecido al de otro grupo de la misma época, el dúo The River Detectives, que publicó por entonces su primer disco –a mi juicio magnífico– y luego prácticamente se evaporó. Afortunadamente, años después me topé con el vinilo en un cajón de saldos y desde entonces lo guardo como oro en paño. ‘Saturday night, sunday morning’, su canción más conocida, que da título al álbum, es una maravilla absoluta. (Perdón por enrollarme acerca de un grupo que no venía a cuento, pero una cosa me ha llevado a la otra).

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