Pese a que aún se gasta cierto aspecto de querubín rebelde, Ronald James Gallo ya no es ni tan pipiolo ni tan recién llegado al aguerrido circuito de los rockeros-contra-viento-y-marea. Nació en Nueva Jersey 35 otoños atrás y este Foreground music de presentación traviesa (tiene dos portadas y ninguna contraportada, así que quizá se tropiecen con una ilustración distinta en otras reseñas) hace ya su cuarta entrega de rock crudo, crepitante y aguerrido. Pero no se fíen ni del DNI del muchacho ni de la fecha que luce ahora mismo en alguna esquina de su pantalla táctil, porque estas 11 canciones carnales nos hacen viajar en el tiempo al menos cinco décadas atrás, hasta encontrarnos con cierto reptil fiero, huesudo y descamisado al que todo el mundo se refería como La Iguana.
A Gallo, quizá predestinado por el elemento animal, le encantaría compartir ADN con Iggy Pop. A veces no parece conformarse con ser heredero estilístico, sino que opta a la condición de hijo putativo. Le delatan las guitarras con el pedal del fuzz con las que nos saluda en Entitled man, un arranque ideal para acaparar promesas que no dejarán de cumplirse a lo largo de la media hora restante. Con un desparpajo contagioso como no recordábamos desde los Strokes más joviales e irredentos, en el caso del tema titular, o un desenfado punk a la manera de los Ramones cuando nos situamos a la altura de At least I’m dancing, un título representativo de una actitud y una manera de afrontar el impiadoso calendario.
El pistón no baja de intensidad hasta Vanity march, más sosegada pero igual de chuleta que sus antecesoras, y hasta puede que más rica aún en cuanto a escritura (ojo, que los Gallagher pueden sentirse ligeramente celosos). Yucca valley marshalls, más reposada aún, asoma con cierto marchamo a Lennon y, por aquello de acaparar grandes fuentes del saber, San Benedetto (¿la mejor de la entrega?) se orilla hasta los mismísimos Blur.
No hay margen para el aburrimiento en un disco que Ron se toma muy en serio para que nosotros acabemos sintiéndonos muy vivos, y en el que las crisis de identidad y el sarcasmo se traducen en pura proteína vigorosa. Y en el que el sentido de la empatía se reconcentra en un epílogo a cámara lenta, I love someone buried deep inside of you, donde la fiereza torna en ternura como solo a tipos como Marc DeMarco le solía suceder.
Ron Gallo se encuentra de gira por España para presentar Foreground music.Viernes 12 de mayo en San Sebastián (Dabadaba), Sábado 13 en Lugo (Fa Ce La Festival), Domingo 14 en Madrid (Wurlitzer Ballroom) y lunes 15 de mayo en Barcelona (Sala Upload)