Spoon es una banda muy grande, consolidada, poliédrica, absorbente y de amplia trayectoria. Por eso mismo resulta desconcertante que el cuarteto haya esperado hasta 2019, con un cuarto de siglo y nueve álbumes a las espaldas, para entregar su primer volumen antológico; y más inusual aún que el repaso, en lugar de exhaustivo y trufado de rarezas, tomas alternativas y demás curiosidades para alimentar a los devotos, sea este escueta entrega de 13 cortes (uno inédito, No bullets spent) y apenas 45 minutos de duración. Todo ello obedecerá, intuimos, a una estrategia muy sugerente del cantante y guitarrista Britt Daniel y el batería Jim Eno, los dos fundadores y sustentos de la embarcación. Más que abrumarnos con un extenso catálogo de vida, obra y milagros, los de Austin (Texas) juegan aquí a imaginar cómo sería un hipotético décimo disco integrado por retazos de todo lo acontecido durante estos cinco lustros de actividad consensuada. El orden del repertorio ni siquiera es cronológico, lo que acrecienta esa sensación de obra nueva, incluso para quienes ya conocieran en su día joyas tan manifiestas como las 12 aquí repescadas. La panorámica global nos devuelve a una banda polifacética y seductora desde todos los ángulos, ya sea la aproximación más acústica (I summon you), funk y juguetona (nos quedaríamos a vivir en el bajo y falsete de I turn my camera on), ruda (Rent I pay) o incluso ostentosa, como en ese rutilante despliegue de cuerdas y sonidos interestelares que es Inside out. Daniel y Eno tienen la rarísima habilidad de sonar siempre a sí mismos sin que nunca se despierten las sospechas de que se les quedó el papel de calco entre las hojas. Provienen del post-punk, en sentido estricto, pero sus laberintos melódicos son mucho más vastos, entre Graham Parker (You got yr cherry bomb) y Ben Folds, cuando es el piano el que toma la batuta (The way we get by). Todo referencias con pedigrí, eso siempre. No habrá muchos seguidores en España con la discografía completa de Spoon, pero incluso para ellos este Everything hits at once (un tema de Girls can tell, en 2001, maravilloso para titular una antología) constituirá una golosina suculenta.