El mundo no será un lugar ni medio decente hasta que no le consigamos un huequecito de proyección y relevancia a un tipo como Alberto Alcalá, de largo uno de los grandes tesoros de la canción de autor en España, aunque se le acumulen en el historial ya muchos años en la categoría de secreto demasiado bien guardado. Otra edad refrenda con mucho los argumentos para la admiración –la dulzura poética, la generosidad hacia el prójimo, la mirada indulgente de lo cotidiano, el poso entrañable– y agranda el catálogo de títulos inmensamente afortunados que el de Antequera parece entregar siempre con la humildad recatada de la media voz. Canciones a menudo enormes, en suma, que su autor disemina sin recurrir jamás a la jactancia o el aspaviento.

 

Bien es verdad que el malagueño opera a su ritmo, siempre alejado de urgencias y atropellos, y Otra edad representa solo la tercera entrega de una carrera que despuntó allá por 2007, con 21 años, cuando se erigió en ganador del certamen nacional de cantautores de Ceutí (Murcia) justo un año antes de que su paisano El Kanka comenzara a hacer historia, y de qué manera, triunfando en aquella misma convocatoria. Y el propio Juan Gómez Canca es el destinatario, precisamente, de ese adorable canto de admiración titulado Biznagas, para el que ha querido que el homenajeado sea partícipe con las segundas voces. Solo a un licenciado en filología hispánica y poeta de altos vuelos podía ocurrírsele, por cierto, un estribillo tan deslumbrante: “Con tu risa de radar / tu popurrí de biznagas / En aceite de terral / incendiando las moragas”.

 

Tras el feliz despliegue iniciático de Ensayo y error (2013) y el aire recogido e intimista de Tragaluz (2019), Otra edad apuesta por un sonido algo más expansivo y efusivo, al que no es ajeno la producción del gran Toni Brunet ni la presencia de una banda excelente (César Pop, Jacob Reguilón, Edu Olmedo y el propio Brunet) que ha manufacturado estas 10 canciones en directo desde el estudio. Con todo, la caricia siempre le gana la partida al zarandeo en el ideario de Alcalá, y así sigue siendo en esta entrega cálida y primorosa, horneada a fuego lento, impregnada de amor por el oficio y mimo para con las palabras y con ese paisanaje que agranda su galería de retratos. Con mención especial para esa Charo memorable que protagoniza el corte inaugural, una sensacional copla moderna que reivindica con ternura a una mujer apocada y falta de autoestima que se ha convertido en “patrona de los cabizbajos”.

 

El trasfondo de canción popular andaluza sigue muy presente en el ideario de Alberto, con el influjo de su mentor Javier Ruibal en títulos como Malpago, orillados a la rumba. Pero el altísimo nivel poético es la constante más admirable de Otra edad, que en ocasiones exhibe melodías a la altura del mejor Drexler (El jugador) y otras afronta (con éxito) el endiablado reto de las décimas (Quién) con el barniz jazzístico y casi parisino de la armónica. Y todo ello hasta recalar en la impresionante Historia reciente, chacarera con música de César Pop y segundas voces de Patricia Lázaro que denuncia la ignominia de quienes niegan la restitución de la memoria de quienes sufrieron “sepultura de alquitrán en las cunetas”. Un ejemplo sublime de que Alberto Alcalá no es quien lo dice todo más alto, sino más bonito.

 

 

2 Replies to “Alberto Alcalá: “Otra edad” (2023)”

  1. Cierto, todos los que amamos la música, la
    poesía y la palabra, por lo mucho que nos ofrece Alberto Alcalá, estamos en deuda con él. Debemos insistir y contribuir a propagar su onda mediática hasta que le llegue el reconocimiento que merece.

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