¿Cómo abordar un nuevo álbum cuando se transita por la primavera número 78, ostentamos la condición de referente global y cargamos a la espaldas con medio centenar de trabajos previos? Caetano Veloso, nombre señero para la música en Brasil –y en el último rincón del planeta–, ha debido de darle muchas vueltas a la cabeza, o al coco, para resolver ese interrogante nada sencillo. Y Meu coco es, precisamente, la respuesta: un ejercicio libérrimo, ecléctico y de belleza arrolladora, aunque no siempre instantánea, con el que pone fin a nueve años sin repertorio de estreno.

 

Al igual que los otros grandes coetáneos de una generación sencillamente irrepetible de autores populares (Dylan, McCartney, Wilson, Morrison, Young, nuestro Serrat), Caetano Emanuel Vianna apura la partida de la vida con una jugada de sabio consumado. Asume que no puede aspirar al mejor álbum de su historia, pero agudiza la mirada rastreando por sus propias constantes estilísticas y diversificando el menú. Meu coco, el tema titular y génesis de todo, parece un samba deconstruido, casi desmigajado. Pero aún fascinan más las pinceladas orientalizantes que Jaques Morelenbaum imprime a Ciclâmen do Líbano o la mínima y estilizada caricia vocal de Autoacalanto, teme breve y de esqueleto escueto, pero lindísimo.

 

Veloso vuelve a mirar al futuro, en lo que a sonoridad se refiere, con Anjos tronchos, la prolongación más obvia de su disco anterior, Abraçaço; pero también en el tono ensoñador, evocador y ligero de Enzo Gabriel, bautizado con el nombre más escogido por los brasileños para sus recién nacidos tanto en 2018 como en 2019. Una carta a quienes nos sucederán: hacedlo mejor que nosotros.

 

Hay pocos arrebatos en Meu coco, pero, a cambio, mucha pincelada fina. Tanto en el plano rítmico (GilGal) como en el melódico, con esa especie de fado desde la otra orilla que es Você-você. Seguramente, de hecho, la pieza de primor más irrefutable entre las 12 que aquí comparecen, un mano a mano con Carminho en el que la guitarra portuguesa convencional cede paso a la mandolina de Hamilton de Holanda. Puede que las noches cada vez sean más de cristal, como advierte el último título, pero la belleza frágil de Veloso y su legado son ya patrimonio inmaterial del ser humano.

2 Replies to “Caetano Veloso: “Meu coco” (2021)”

  1. Caetano es -al igual que todos los citados-patrimonio universal. Y por eso mismo, inagotable. Puedes revisitar su amplia discografía infinitas veces y siempre descubres algo nuevo en sus canciones.
    Y también es un excepcional intérprete (oigáse como ejemplo”Fina estampa” o sus versiones de los Beatles o Michael Jackson).
    Su último trabajo me parece que crecerá con el tiempo, pero comparto que la joya es “Vocé-Vocé”, una auténtica maravilla.
    Gran reseña, Fernando.

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