Que no nos lleven a engaño esa sonrisa franca y su aspecto eternamente jovial. Antonio Lizana no es ningún recién llegado: Una realidad diferente (un título escogido hace más de un año, ahora que cualquier cosa parece remitir a “todo esto”) supone ya su cuarta entrega discográfica y en el carnet del gaditano consta que asomó al mundo allá por 1986 (no 1983, como consta por error en múltiples referencias). Treinta y tantos: una franja vital fantástica para conservar la mirada vivaz y efervescente sin incurrir en vaguerías o falsas expectativas. Lo que le sucede, precisamente, a la música de Lizana: adulta y madura, pero profundamente revitalizadora.

 

El de San Fernando goza de un cerebro preclaro: no nos será fácil encontrar un caso parecido, en el que el cantaor, el saxofonista y el compositor de altos vuelos confluyen en la misma persona. Tampoco resulta sencillo dilucidar en cuál de las tres facetas termina siendo más meritorio, a menudo fascinante, el trabajo desarrollado a lo largo de estas nueve piezas. Lizana es jazzista con todos los honores y flamenco de pura cepa, sin que nada rechine ni se haga sombra en esa confluencia. Y rubrica casi toda su materia prima, aunque también tiene la suficiente cintura como para marcarse aquí una lectura, entre pícara y jacarandosa, del clásico El garrotín.

 

Normal, dadas todas estas circunstancias, que a Antonio se lo hayan acabado rifando en los más variados cenáculos: le han contratado Marcus Miller, Arturo O’Farrill, Ari Hoenig, Carmen Linares o Pepe Habichuela, aunque también figuras mayoritarias como India Martínez y Alejandro Sanz. Es tan espectacular el sonido de Una realidad… que incluso se adentra en una latinidad de metales ostentosos en el caso de  Mambé. Pero la mejor muestra de cosmopolitismo la encontramos en Carry you, ambrosía bilingüe en la que el isleño consigue que también se aflamenque un poquito la maravillosa vocalista estadounidense Becca Stevens.

 

Es el de Lizana, en definitiva, un caso palmario de talento. Se atreve, se involucra y sale airoso. Aventa el espíritu de tolerancia multicultural con Mora, preciosa fábula de amor entre un cristiano y una musulmana. Y se entrega a una canción de cuna emotivísima, y de cuerdas deliciosas, con Una realidad diferente, la pieza final. Si, ya de paso, alguien hubiera sido más piadoso con la portada y le hubiese ahorrado a Lizana esas hojitas pavorosas, como de christmas navideño, todo bien.

 

‘Una realidad diferente’ ya está disponible en plataformas digitales, aunque su edición física no llegará hasta julio

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