Puesto que lo del nombrecito, tan desdichado como un chiste navideño de tu cuñao, ya no tiene fácil remedio, habremos de focalizar toda nuestra atención en la música de estos tres musicazos inquietos, irreverentes y de mirada panorámica. Y deberemos convenir, como saludo para esta segunda entrega, que Progresa adecuadamente hace bueno su bautismo tras los dos años transcurridos desde ¿Dónde está el jazz?, con independencia de que en esta otra faceta de los títulos también parezca que nuestros muchachos, ejem, necesitan mejorar.

 

El guitarrista Íker García, el bajista Ángel Cáceres y el batería Pablo Levin siguen yendo por libre en ese empeño por desarrollar un jazz rockero y evolucionado que cada vez resulta más irredento y menos jazzístico, y que en esta ocasión apela explícitamente a dos referentes que parecerían imposibles de conjugar en la misma frase: para los más culturetas de la sala, el batería francés Christian Vander, fundador de Magma e ideólogo de un jazz descarriado e impredecible tras la muerte de Coltrane; y para quienes prefieran tirarse al monte, el influjo metalero de los estadounidenses Pantera, una de esas alusiones que no habíamos visto venir pero que acaba encontrando plena lógica y encaje en este universo de lirismo furibundo.

 

Así se las gastan, sí, estos tres madrileños irredentos, una suerte de trío libertario que en este segundo capítulo se vuelve más musculoso e intrincado, como si el veneno de los King Crimson más agrestes también hubiese encontrado acomodo en su torrente sanguíneo. Ágiles, raudos y luminosos sin incurrir en el mero exhibicionismo, Gilipojazz encuentran hueco estilístico en terreno de nadie y es esa actitud, casi suicida, lo que los convierte en intergeneracionales, inclasificables, seductores, insólitos y por momentos encantadores. Lo mejor, en último extremo, es que no van de nada ni se las dan de nada, pero su compromiso ético con lo que van erigiendo parece ahora mismo inquebrantable. Y eso aviva nuestra curiosidad y avidez como oyentes. Sonríen mucho, tiran de sorna y ponen cara de guasa, pero Íker, Ángel y Pablo, además de que ya no deban ningún café, se lo toman aquí muy en serio.

One Reply to “Gilipojazz: “Progresa adecuadamente” (2024)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *