El ilustrísimo Patrick Bruce Metheny parece haberle cogido gusto a los álbumes de guitarra solista, pese a que esta formulación dista de ser la más recurrente en su extraordinario y muy amplio historial. Coincidiendo con el verano en que sopla sus buenas 70 velas de cumpleaños, el guitarrista de Misuri se da el gustazo de ofrecer una hora de nueva música intimísima y en soledad, con la única compañía de esa flamante guitarra barítono con cuerdas de nailon que sobre el escenario también gusta de desenfundar en el tramo final de sus comparecencias. Y como se da la circunstancia de que este MoonDial lleva muy pocos meses después de Dream box (2023), donde también apostaba por el soliloquio de las seis cuerdas, parece claro que esa cercanía casi epidérmica con el instrumento y el oyente se ha convertido en una predilección en este periodo avanzado de su carrera.
Acostumbrados a formatos más opulentos, como el del inolvidable Pat Metheny Group o el más reciente de la Unity Band, habrá quien encuentre estas 13 piezas como un trabajo más circunstancial o menor; el entretenimiento de un hombre que, tras no menos de cuatro decenas de discos con su nombre en portada, puede dedicarse a la diletancia y a lo que le de la realísima gana. Todo ello no deja de ser bien cierto, pero MoonDial es un álbum de una calidez tan humana, tan táctil y disfrutable, que no podemos minusvalorarlo sino, más bien, abrazarnos a él y practicar de su mano la inmersión en un universo único e inconfundible.
El tema inaugural, el que da título a la colección, es delicado y adorable, una incorporación factible para cualquier selección con lo mejor de este hombre en su ya casi medio siglo de andadura. Y las evocaciones al pasado más reconocible, el de épocas como que recogía el mítico directo Travels (1983), afloran con nitidez en We can’t see it but it’s there o Falcon love, entre otros pasajes de arpegiados calmos y muy característicos. Piensen en aquel This is not America, junto a David Bowie, para hacerse una idea cabal. Y añadamos a todo ello la saludable tentación de la relectura ingeniosa, en este caso un Here, there and everywhere que exprime con sutileza todas las posibilidades del original. Cuidado: hablamos de la canción que el propio Macca señaló como la más brillante de su extensísimo y superlativo repertorio.
Solo nos falta convivir con la idea de que Metheny seguramente no repita ya nunca el impacto musical y emocional que nos sacudió en tiempos de First circle, Still life (Talking) o Secret story. Sí, ya sabemos que han transcurrido entre treinta y algunos y cuarenta años desde entonces, pero hay huellas que no se difuminarán jamás. Y mientras tanto, buena gana de resistirse al dulce almíbar de standards como Everything happens to me o aquel Somewhere de Bernstein.
PAT METHENY ES UN EXTRAORDINARIO MUSICO Y COMPOSITOR Y TODOS SUS DISCOS SON MARAVILLOSOS ATENTAMENTE GERONIMO RODRIGUEZ RAMIREZ COLECCIOISTA DE BUENOS DISCOS DE MUSICA CLASICA Y DEL JAZZ. SOY DE LA CIUDAD DE MEXICO ATENTAMENTE MUCHAS GRACIAS.
Saludos muy cariñosos para Ciudad de México, compañero Gerónimo. Un gusto saber que nos lees desde allá.