No puede ser casualidad que la todavía siempre influyente NME británica le acabe de dedicar una portada entusiasta a estos tiernos y adictivos mozalbetes australianos. Tampoco es fruto del azar que el cuarteto de Melbourne se haya convertido en la primera formación de nuestras antípodas que pasa a engrosar el catálogo de Third Man Records, la escudería discográfica de Jack White (The White Stripes). En realidad, es bastante más complicado retener y archivar en la memoria el nombre de estos veinteañeros que engancharse a su música, que es expeditiva, franca, borboteante y adictiva en un grado casi conflictivo para con nuestras otras ansias de descubrimientos sonoros. Pero si hemos sido capaces de acabar aprendiéndonos la retahíla de Rolling Blackouts Coastal Fever también terminaremos por memorizar a nuestras flamantes Bombas Labiales. Merece la pena, porque discos como este pueden salvarle a cualquiera del día más desangelado.

En realidad, los Lip Bombs ni descubren nada ni insinúan el menor amago por parecer revolucionarios, extravagantes o innovadores, pero se vuelven colosales desde el primer acercamiento. Son tan directos e irrefutables como una tostada de pan, aceite y tomate: conocemos de sobra los ingredientes, pero, si son de calidad, la fórmula se vuelve inigualable. Y de esa certeza se nutren estos nuevos paladines del indie desde tierras aussies. No sabemos cómo se las ingenian por aquellos territorios, pero son únicos a la hora de exprimir y maximizar las ventajas del formato de dos guitarras, bajo y batería, sobre todo si a ello le unimos una cantante carismática al frente y esas canciones que chisporrotean durante no más de tres minutos y se vuelven bulliciosas sin incurrir ni en el barullo ni en el punk sucio y barriobajero.

Qué va. Again es una magnificación del desparpajo, la prueba fehaciente de que una canción electrizante y bien confeccionada, por mucho que nos conozcamos de sobras las reglas del juego, sigue siendo un estallido incontrolable de felicidad. De hecho, los Belair pierden comba las contadísimas ocasiones en que ralentizan la partida; incluso aunque en Burning up la voz de Maisie Everett se aproxime más que nunca al registro y los parámetros de Chrissie Hynde. Pero entran aún más del tirón esa apertura con Again and again, que parece un temazo de los Strokes con un violín folkie al fondo (un timbre que reaparecerá también en Cinema). O el machacón y muy yanqui Hey, you, un single que no les habría importado escribir a los Kings of Leon. O la pasión a doble velocidad de Don’t let them tell you (It’s fair), que parece empezar tímida y acobardada pero se rearma como un huracán. O la gran joya de entre las 10 ambrosías del álbum, ese If you’ve got the time que un Jagger veinteañero le habría deslizado por debajo de la puerta a su amigo Richards para que le inyectase el chispazo definitivo de electricidad.

No hay mucha más trampa ni asomo de cartón. Tras un debut enérgico y correcto, pero aún desaliñado (Lush life, 2023), Again asciende a la categoría de zambombazo. Ejerzan la mnemotecnia: Belair Lip Bombs. El nombre les va a hacer falta.

The Belair Lip Bombs actúan el 17, 18 y 19 de noviembre en Donosti, Madrid y Barcelona

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *