Tengamos claras algunas ideas básicas de antemano, por aquello de no llevarnos luego a engaño. La principal es la de asumir que no volveremos a encontrarnos con un álbum de Jackson Browne como los cinco primeros que rubricó el cantautor californiano, entre Jackson Browne (1972) y Running on empty (1977), con el tercero de ellos, Late for the sky (1974), como uno de los episodios más trascendentales para la historia de la canción de autor de todos los tiempos. Realizadas estas salvedades y contextualizaciones, Downhill from everywhere es un episodio felicísimo en el historial del autor de Doctor my eyes o Take it easy. Porque la colección resulta fiel a su firmante, concienzudo como en los mejores tiempos; tierno, sentimental y solidario, comprometido con el mundo que nos rodea, crítico con los poderosos y, lo más importante de todo, estupendo en cuanto al estado de salud de sus cuerdas vocales a una edad, 72 años, que ya empieza a ser significativa.

 

Browne se nos ha vuelto poco prolífico, quizá porque el peso del tiempo limita su fertilidad o la necesidad de alzar la voz para aportar nuevas anotaciones a su catálogo. Es también una manera de afinar el tiro y apuntalar la excelencia: nuestro personaje ha dejado transcurrir siete largos años desde Standing in the breach, pero puede que estos dos últimos trabajos sean lo mejor que nos haya entregado desde los tiempos fértiles y gloriosos. Downhill from everyone aúna, desde luego, todas las características de un muy buen disco: serenidad, hondura, páginas con verdadero poso y calado (puede que la menos memorable, mal que nos pese, sea ese A song for Barcelona con la que se cierra el lote) y alguna aportación verdaderamente sensacional. Anotemos como mínimo las graves, solemnes, parsimoniosas y enormes A human touch y A little soon to say en ese apartado de la excelencia.

 

Alterna Browne, como acostumbra, la mirada introspectiva y la social, la parte de las confesiones y la de las reivindicaciones. La congoja de la mortalidad anida ya en la primera pieza, Still looking for something, musicalmente una de las más animadas; aunque en ese aspecto es My Cleveland heart, primer adelanto que conocimos del álbum, el único intento de pisar el acelerador y acercarnos al chisporroteo del country-rock de los setenta.

 

En la parte de denuncia podemos quedarnos con las alusiones al medio ambiente del tema central, aunque la verdadera joya al respecto la encontramos en The dreamer, emocionada crónica sobre inmigración en la que se canturrean algunos versos en castellano. Su aire fronterizo y el rasgueo de la guitarra acústica remiten, además, a aquella Linda paloma del álbum The pretender (1976). No hay sobresaltos ni pasos en falso, en definitiva, a lo largo de estos 10 títulos. Una cosecha exigua, pero estupenda, muy concienciada sobre la importancia de no emborronar uno de los historiales más admirables que ha conocido la Costa Oeste y, si se quiere, la generación de los boomers.

2 Replies to “Jackson Browne: “Downhill from everywhere” (2021)”

  1. Yo añadiría “Hold Out” a su etapa gloriosa. Y nada comparado con las emociones vividas en los 70 con “Late For The Sky” y “For Everyman”. Eager to listen to the new one!

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