Esta pequeña joya, seguramente ausente o extraviada en casi cualquier colección particular, habia nacido esperanzada, orgullosa, pero ha ido sumando lustros de otoños y olvido. La pregunta parece evidente: ¿alguien ahí afuera recuerda a Jude? Y aún iremos más allá: ¿alguien sabría indicarnos, sin recurrir al curioseo digital, qué fue de él? En 1998, cuando este álbum amenazó con hacérsenos adictivo, pudimos verle como un muchacho de pop fresco pero con fundamento. Compartía sello con Alanis Morissette (aún reciente la conmoción casi interplanetaria de Jagged little pill) y ejercía como cantautor accesible y nada árido, pero aquel primer corte, You mama you, habría pasado por un clásico de Woody Guthrie adaptado para el público joven. Charlie says tenía su sal y pimienta de oscuridad, I’m sorry now (un clásico en las selecciones de música ligera de un servidor, y de paso queda el homenaje a Soda Stéreo) derivaba en un contagioso estribillo con falsete y Rick James bordeó el one hit wonder para quedarse, qué le vamos a hacer, solo en pequeño wonder. Puede que la segunda mitad del álbum flojeara un poco más, pero hoy, los suficientes años después, queda en estas canciones una grata sensación de atemporalidad, de pop con grandes hechuras. Por cierto, Michael Jude Christodal es un bostoniano de la generación del 69 y este era su segundo disco, aunque el primero con formación completa. Llegó a girar con Ben Folds Five, que molaban todo, y con Train, que llenaban pabellones sin despeinarse, pero lo suyo, tan bien trenzado, no cuajó. Tras un álbum de 2001 que apenas dejó poso, King of yesterday, no se volvió a saber.

https://youtu.be/XNX_mpM7oYE

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *