Júlio Resende es otro ejemplo preclaro de esa efervescencia sonora envidiable que acontece en la franja más occidental de la península. Proviene de una sólida formación jazzística, pero su curiosidad natural le ha hecho frecuentar otros territorios, vecinos o no tanto. Y en apenas 13 años ha tenido tiempo de ir diseminando un reguero de álbumes estimulantes e indagatorios, de los que este Fado jazz ensemble (un título elocuente) supone la octava entrega y uno de los ejemplos más inspirados de la colección.

 

Los valientes no siempre aciertan por el mero hecho de explorar en espacios sonoros atípicos en función de su bagaje previo. No está nada claro que Resende acertara de lleno con su anterior entrega, Cinderella cyborg, una aproximación a universos digitales que acababa teniendo más de ensimismamiento new age que de hallazgos relevantes. Pero estas nuevas indagaciones en la frontera entre el jazz y el fado, una intersección perfecta para la excitación y el enigma, demuestran que Júlio sigue atesorando una geografía sonora eminentemente fértil. Y que la música le brota a borbotones de esos dedos hábiles, livianos, sutiles, nada propensos a la exhibición vana ni al artificio.

 

Ya había indagado Resende en el legado de Amália, nada menos. Incluso obtuvo por primera vez permiso de los herederos para utilizar su voz original y acompañarla en una preciosa simbiosis entre tiempos, lugares y pálpitos. Esta bisectriz entre el trío jazzístico de piano y la guitarra portuguesa es ahora más personal e indagatoria, y los resultados se antojan tan ilusionantes como las exploraciones de un Chano Domínguez en la órbita del jazz flamenco. El principal referente de Júlio parece el siempre enraizado y rabiosamente melódico Zeca Afonso, cuyo Venham mais cinco se parafrasea en Vira mais cinco. Pero todo el disco es un homenaje a la música como eje de hermanamiento. Instrumental salvo en el caso de Profecia, ocasión para que descubramos la voz delicada, absorbente, emotiva de Lina Rodrigues.

 

A Resende le encanta transitar por las líneas fronterizas, solo por darse el gusto de saltárselas, de avalar por la vía de los hechos la inutilidad de las rayas. Lo demostró colaborando con Sílvia Pérez Cruz. Lo refrendó como el gran escudero musical de Salvador Sobral en que se ha convertido. Fado jazz ensemble es la constatación definitiva de que no podemos perderle la pista.

3 Replies to “Júlio Resende: “Fado jazz ensemble” (2020)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *