By Fernando Neira
Una confesión de antemano, si se le permite al autor de estas páginas. Prefab Sprout figura, con seguridad, entre sus cinco o diez bandas favoritas de todos los tiempos, por lo que las líneas que acontezcan a partir de este punto quizá no estén pautadas por los más rigurosos cánones de la objetividad. Podemos aportar incluso una pequeña vivencia personal, por una vez. Recuerdo comprar un ejemplar en casete de Steve McQueen (1985) por 200 ridículas pesetas (traducción para jovenzanos: 1,2 euros) en el Alcampo de un centro comercial madrileño, y aún hoy es el día que le sigo agradecido al operario que se hiciera aquel soberano lío al adjudicarle el precio a aquella soberana preciosidad. También viene a la memoria la emotividad inabarcable de Andromeda heights, un álbum hermosísimo y no siempre bien recordado para los bellos anocheceres de, ¡ay!, 1997. Paddy McAloon llevaba entonces siete años sin dar señales de vida y por entonces ya le dábamos por medio desaparecido, resignados a sus singularidades y las tabarras médicas, así que fue escuchar Electric guitars, tan nostálgica, y empaparnos en lágrimas.
Sirva todo esto como antesala para admitir que From Langley Park… ni siquiera es el mejor disco de estos británicos de Durham, y por eso tendemos a colocar antes sobre la bandeja de reproducción a alguno de sus hermanos mayores o menores. Pero revisarlo es amarlo. Porque nadie, absolutamente nadie salvo Paddy podría escribir el demente estribillo “Hot dogs, jumping frogs, Alburquerque” (King of rock’n’roll). Porque Cars and girls tiene tanta guasa a la hora de dinamitar estereotipos que en Galicia lo denominarían retranca y nombrarían a McAloon hijo adoptivo. Por la armónica de Stevie Wonder en Nightingales. Porque The golden calf sería un single de libro en cualquier disco menos poderoso que este. Por el inusitado homenaje final al góspel, con The Venus of soul kitchen. Porque no se puede adorar tanto Nueva York como tarareando Hey, Manhattan! Por todo, caramba. Todito, todo.
Pues para mi es muy especial porque fue con el que empecé con Prefab Sprout. Tenía 13 años y the King of rock and roll se me pegó al instante. Luego ya cars and girls , hey manhattan con un bajo y un outro excepcionales, nithingales y la armónica de stevie wonder, los coros de Wendy… una delicia aunque este disco no esté realmente valorado como debe. Obviamente Steve Macqueen es excepcional, fue mi segundo disco suyo. Incluso Protest songs , el tercero.
Pero cualquier disco suyo , y los tengo todos en varios formatos, es absolutamente recomendable.
Por ejemplo a mi the gunman me parece un disco estupendo que ya quisieran el 90% de bandas y aún así no tuvo ni tiene buena aceptación. Gracias por estas reseñas. Nos obligan a redisfrutar momentos muy buenos.
Gracias a ti, Javier. No hay disco mal de los Sprout. No has mencionado, por ejemplo, “Jordan: the comeback” o “Andromeda heights”, de 1990 y 1997. ambos también maravillosísimos 😉
Yo también tardé mucho tiempo en darme cuenta que en Nuevo México está Albuquerque, sin erre y no Aburquerque que es Extremadura. En fin, tontunas aparte, sin ser su mejor disco, es delicioso, como todo lo de Paddy, claro está. Lo pilló mi hermana en vinilo hace un siglo, y aunque no eran, por entonces, nada especial para mí, jamás entenderé la razón, no paraba de poner “I remember that”, que me parecía simplemente perfecta, aún hoy lo hace. Tiempo después, en este siglo ya, en un MediaMarkt lleno de discos vi asombrado que por 4,99 vendían esa compilación llamada “Kings of Rock and roll”, la conocerás, supongo (A veces pillo compilaciones, lo confieso.) Bueno, se abrió el cielo de par en par.¡Bendita recopilación, que se decía antes!¡Cómo pude estar tanto tiempo sin ellos!
A día de hoy son imprescindibles, vuelvo a ellos cada dos por tres, rezo lo poco que sé para que el bueno de Paddy saque más música… y yo encuentre esa música, claro… en formato físico. En fin, que los amo profundamente. Fernando, te diré que compartimos mogollón de gustos musicales. ¡VAYA CHAPA! Saludos y besos a tutiplén.
De “chapa”, nada. ¡Gracias por escribir! Yo también soy adicto a las antologías, por cierto… 🙂
Una banda nunca lo suficientemente reivindicada, creo que TODOS sus discos son oro, me quedo con Steve McQueen pero que me dices de Jordan: the comeback o Let’s change the world… ufff!!
Aún recuerdo la primera vez que escuché este disco completo. Fue un redescubrimiento de la música anglosajona y aún hoy lo sigo escuchando en vinilo.
Fernando me emociono siempre que escucho a Prefab y tambien cuando leo sobre ellos. Y hasts un disco como the gunnmen me parece soberbio. y también lo descubrí en mi adolescencia con Steve y caí rendido. Recuerdo todavía la critica que le hizo David S Mordoh