Un ángel descendió en 1968 y se convirtió en la artista femenina más fascinante e influyente, a buen seguro, de todos los tiempos. Lo asombroso es descubrir ahora los cimientos que se habían ido asentando antes de aquel primer disco, Song to a seagull, y desempolvar estas casi seis horas de grabaciones como quien se encuentra con la auténtica y legítima piedra roseta de la canción de autor y el folk con nombre de mujer. No es solo hermoso pasear por estas 119 grabaciones completamente inéditas hasta las fechas. Es, sobre todo, emocionante y revelador.
Algunas aclaraciones necesarias. Estos cinco cedés de presentación primorosa son un caramelo para coleccionistas, una caja exquisita pero solo indicada para los bolsillos saneados. Y todas estas joyas que van desfilando aquí son registros elementales de guitarra y voz: participaciones primerizas en programas de radio, maquetas caseras y, sobre todo, apariciones iniciáticas en directo ante auditorios modestos y reducidos. No es, en consecuencia, un plato pensado para el gran público. Pero el asombro es similar al que experimentamos ante los tesoros que han ido emergiendo en el catálogo de Bob Dylan. Creíamos saberlo casi todo sobre la musa canadiense, pero aquí afloran, sin ir más lejos, 29 canciones originales de las que no teníamos la más remota idea. El equivalente a dos generosos discos inéditos.
Nada sabemos de Mitchell desde su ya algo deslabazado Shine (2007), y las noticias que iban llegando sobre su estado de salud nos hicieron temer lo peor hace un par de temporadas. La primera gran noticia en torno a este Archives, por tanto, es su mera existencia, la constatación de que Joni se encuentra activa y dispuesta a seguir dando señales de vida con lo más florido de su catálogo. El segundo detalle excitante lo encontramos, evidentemente, en ese Volume 1 que anuncia futuras entregas, acaso tan suculentas y nutridas como las que hemos ido descubriendo en las estanterías caseras de su paisano Neil Young. Si antes incluso de su estreno comercial ya hemos arañado esta avalancha de piedras preciosas, produce escalofríos pensar en la visión alternativa que nos espere para documentar el periodo dorado entre 1969 y 1976, desde el segundo álbum (Clouds) hasta el octavo (Hejira). ¿Qué trabajos, esbozos, originales o tomas alternativas orillaría Joni Mitchell mientras daba forma a un cancionero tan estratosférico? Ojalá no tardemos mucho en responder a esa pregunta.
Pero mientras tanto deleitémonos con estos fonogramas primerizos, retrato de una artista que cuando en 1963 comparece, con 19 años, en una pequeña radio canadiense para dar cuenta de The house of the rising sun ya es dueña de una voz angelical, timbrada, inconfundible. Irrepetible. Y que va asumiendo las primeras lecciones a partir de clásicos del cancionero popular pero no tarda, a partir del segundo CD del lote, en colocar su firma como autora.
El recorrido es absorbente, porque permite radiografiar la evolución de una artista en crecimiento: de la intérprete privilegiada a la autora descomunal. Archives se nutre de grabaciones caseras, regalos de cumpleaños y algunos conciertos particularmente bien documentados: sobre todo su paso por la Canterbury House de Michigan, el 27 de octubre de 1967, que ocupa la mitad del cuarto disco y el quinto en su integridad. Ahí ya descubrimos a una mujer preparada para entrar en la historia, dueña de títulos propios como Morning morgantown, Urge for going, The circle game, Chelsea morning, I don’t know where I stand, Little green. Su mera enumeración provoca escalofríos. Mitchell los va desgranando ante un auditorio embelesado con el que intercambia bromas en un ambiente distendido.
Es historia pura, y por fin nos ha sido revelada. Complementémosla con la lectura del libreto, que en lugar de enumeración anodina se sustenta en una larga y apasionada conversación entre Joni y el cineasta Cameron Crowe. Porque esta es, en efecto, una historia de película. Y su misma publicación supone un final felicísimo. En realidad (recordemos: “Volumen 1”), el comienzo de una crónica indispensable para terminar de ubicar correctamente a Mitchell en el parnaso de la música popular.
No!!! Que pasado mañana el cumple es el mío!!! El de Joni el día siguiente!!! 😂😂😂
Para mí, Joni es, simplemente, la mejor, sin distinción de género, fascinante de pies a cabeza, por dentro y por fuera. Ay, Joni… Por cierto, pasado mañana es su cumple. Y que cumpla muchos más. Gran artículo. Saludos, Fernando.