Joe Jackson es, perdón por la analogía, el Jordi Hurtado del pop británico. El firmante de estas ocho nuevas canciones luce ahora un pelo blanquísimo y unos muy respetables y ‘maccartianos’ 64 años, pero, por lo demás, su voz es indistinguible de la que nos voló la cabeza hace justo cuatro décadas con aquel debut avasallador, “Look sharp!”. Hay muchos ‘jacksons’ en JJ, un hombre que ha tenido tiempo a asomarse al ‘swing’, la música sinfónica o el piano ‘new age’ en algunas de sus múltiples salidas de guion, pero ‘Fool’ es un regreso a la furia, la pegada, la excitación. Habrá ayudado, sin duda, que se grabara en formato de cuarteto el día después de finalizar su última gira, con el músculo aún caliente de tanto escenario. Pero influye aún más esa voz desabrida de siempre, aguda y sin adornos, punzante y extrema, como si existiera un teórico peligro de que se rompiera la garganta. ‘Fool’, el tema central, es fabuloso, una filigrana de escritura que tan pronto juguetea con un ritmo de salsa como se adentra en una escala oriental. ‘Fabulously absolute’ equivale a una presentación tan excitante como los tiempos en los que existían sencillos de siete pulgadas, mientras ‘32 kisses’ y ‘Dave’, con algo de clasicismo ‘beatle’, rivalizan en la condición de mejor tiempo medio del lote. En realidad, todo es tan lúcido y estiloso que solo se nos quedan cortas esas raciones de cuatro piezas por cara. Porque después de un menú tan sustancioso, qué menos que hundir la cuchara en un buen postre.