En momentos como el actual, necesitados como estamos de escenarios evasivos y bandas sonoras razonablemente soñadoras, el segundo trabajo de esta joven y cautivadora muchacha noruega supone una pura bendición. Tiene mucho de fascinante la figura de Kaya Wilkins, una chavala de las afueras de Oslo que en su primera adolescencia se mudó a Nueva York para desarrollar una temprana carrera de modelo y también ha trabajado como actriz antes de darse cuenta que sus virtudes como cantante y compositora eran todavía mayores. Lo corrobora de manera clamorosa este segundo álbum, colección de 15 canciones breves y frágiles, profundamente cautivadoras y poliédricas, entre el dream pop y el electro-folk. Siempre sugerentes, nunca obvias.

 

Kaya es dueña de una voz arenosa, llena de matices; delicada, quebradiza y bellísima en la franja aguda. Hay mucho de confesional en el universo de esta mujer compleja y culta, que menciona la teoría de Hipócrates sobre la bilis negra como una de sus fuentes de inspiración (!) y tampoco se anda con ambages a la hora de relatar su reciente paso por una clínica psiquiátrica para tratarse un episodio de depresión. Acontece en Psych ward, una miniatura eléctrica, punzante y guitarrera, casi a la manera de Courtney Barnett, que antecede a una preciosa joya planeante (Guttural sounds) y al arrebato bailable, en clave tecno, de la perturbadora Asexual wellbeing. Tres universos muy diferenciados, pero perfectamente complementarios, en menos de nueve minutos de música.

Watch this liquid… tiene esa fascinante versatilidad como hilo conductor, pero siempre a partir de una franqueza perturbadora. Wilkins puede sonar folkie (Insert generic name) o entregarse a la balada rotunda y netamente noctámbula (Popcorn heart) sin dejar de ser ella ni de mostrarse a corazón abierto. Por eso estas generosas 15 canciones admiten una escucha recurrente y siempre provechosa. Lo más divertido es elegir nuestra favorita. Son tan rematadamente buenas, y tan dispares, que nos contará decidirnos. Solo una pista: si aún añoras a Cocteau Twins, dirige tu mirada hacia Symbiosis.

 

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