Seguramente muchos hayamos escuchado ya a Pablo Suárez, aunque acaso no tuviésemos su nombre bien clasificado en los archivos de la memoria. Hablamos de uno de los escuderos habituales de Carmen Linares y –aún más importante a efectos de creatividad– del pianista y vértice decisivo en el seno del Camerata Flamenco Project, una de las aventuras más estimulantes en la afanada búsqueda de la intersección entre el discurso jazzístico y la esencia jonda.

 

Todo lo bueno desarrollado ya en esa dirección se acentúa ahora con este estreno en primera persona, para el que Suárez opta por el lenguaje diáfano del trío clásico de jazz. Y los compañeros de aventura no podían ser más adecuados: el contrabajista Pablo Martín Caminero figura entre los pilares de esta fusión, mientras que el pulso rítmico de Shayan Fathi, batería de origen iraní y residencia madrileña, acentúa el carácter híbrido, heterogéneo y alérgico a fronteras y cortapisas que late a lo largo de toda la grabación. Más aún cuando reparamos en que es el propio Fathi quien asume también el papel de productor. Si algún oyente trasnochado necesita aún legitimar el flamenco –música de esencia nómada y aventurera– a partir de presuntas purezas raciales, será un placer comunicarle que nadie le ha dado vela en este entierro.

 

Los modos, cadencias y aires de la escuela flamenca se filtran aquí y allá a lo largo de todo el trabajo, aunque cueste un par de minutos detectarlos en la deliciosa pieza inaugural, Welcome, que arranca con esa ligereza contemporánea del mejor jazz europeo: como si el eterno Esbjörn Svensson aún fuera capaz de susurrarnos unas cuantas notas desde el cielo. El acento flamenco se subraya con primor a partir de A MorenteBulería Rafaela, pieza dedicada a la mujer de Suárez, la bailaora Rafaela Carrasco. Y alcanza su momento más pletórico con dos de los títulos finales, Tanguillo de coloresSoleá de amor. Eclosión pura de piano radiante, luminoso, y dedos agilísimos.

 

Entre medias, atención a Adentro, seis minutos largos de Pablo Suárez en solitario, al desnudo, sin red. Y como propina, los 12 minutos de fiesta familiar de los Suárez en Origo/origen, una grabación extraída del disco Son de ayer, de Juan Antonio Suárez “Cano”. Rompe la unidad de esta entrega, pero tomémosla solo como curiosidad documental, a modo de bonus track. Buenos saraos deben de organizarse en esas casas. Y cuánta música aún por descubrir de las manos de Pablo. 

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