Podríamos pensar en Vandalia Trío como la irrupción de un nuevo y estimulante trío en la cada vez más efervescente escena jazzística nacional. Pero nos quedaríamos cortos, y es bueno avisarlo de antemano. En primer lugar, porque la adscripción estilística se difumina en su caso, así que podríamos acercarlos en nuestro imaginario al territorio de la música de cámara. Y, sobre todo, porque la alternancia de uno de sus integrantes entre violín y teclados varios multiplica el radio de acción, además de que en un par de estos cortes renuncien a su apellido e introduzcan a un batería, Pablo Serrano, como cuarto ariete sonoro.

 

Provienen el violinista Fernando García Calvo, la flautista Irene Jiménez y el contrabajista Pablo Estébanez del semillero de la clásica, y eso se nota en ese regusto camerístico que late durante toda la aventura y en la selección de recreaciones e influencias que van desarrollando en este Gen, una plasmación expresa de devociones: desde Ravel (Pantoum suite) a Albéniz, cuyo Asturias se transfigura aquí en Origen, y así hasta llegar a la única versión expresa, el mítico Oblivion de Piazzolla. Ninguna de las tres elecciones es demasiado clásica ni evidente, y en el caso de Asturias resulta muy atractivo el trabajo de reinvención a partir de que el trío decida transgredir el compás original y cambiar por completo el patrón rítmico.

 

Lo mejor de todo en Gen, en cualquier caso, es el desparpajo. Pablo, Irene y Fernando huyen del compartimento estanco y le pierden el miedo a las referencias cruzadas. No les importa ser clásicos y contemporáneos, sureños y septentrionales, jazzistas y aflamencados. Lo simboliza bien, hasta en el título, Recovecos, una carta de presentación que abre el disco con un desarrollo muy ravelesco de flauta que desemboca en un delicioso festín de jazz eléctrico a lo Chick Corea, con García Calvo sacándole provecho a su faceta de teclista.

 

Bien, muy bien por la altura de miras y su eclecticismo. Ellos mismos lo expresan con gracia en una “advertencia” interior, a la manera de prospecto médico: “La escucha puede tener efectos adversos tales como confusión mental, ganas de bailar, euforia y alteraciones visuales”. Seamos valientes y, en lugar de pedir cita con el doctor de cabecera, redoblemos la dosis por por nuestra cuenta y riesgo. Saldremos reforzados con un muy saludable suplemento de vitaminas sónicas.

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