He aquí un auténtico, mayúsculo y genuino empacho, aunque de los que no precisan ni un miligramo de omeprazol: dejemos que los nutrientes vayan haciéndose hueco en nuestra memoria auditiva, para lo cual solo es necesario proveerse de muchas horas libres. Sí, esta antología es una barbaridad, en su mejor acepción. Seis discos, 180 trallazos de pop-rock primigenio y esa sensación, entre angustiosa y excitante, de que el saber es un anhelo que nunca abarcaremos del todo. Porque la primera de las advertencias es que, a buen seguro, casi ninguno de los casi 400 minutos de esta bárbara recopilación le resultará familiar a nuestras membranas auditivas. Los investigadores de Cherry Red Records, esos locos maravillosos, ya se han encargado de rebuscar, indagar y rescatar estas cantidades ingentes de oro sin pulir: hay docenas de formaciones ignotas u olvidadas, una querencia incontrolable por las caras B e incluso un disco entero, el sexto, que se nutre de rarezas, descartes e incluso acetatos con material que nunca hasta ahora, medio siglo más tarde, había visto la luz. Pormenorizar en este océano de r’n’b rabioso, garaje primitivo, radiante pálpito juvenil y añoranzas de los Beatles por los cuatro costados sería agotador e inabarcable. Que el curioso se consagre, una tarde entera (o más), al sustancial arte del picoteo. Quizá acierte a encontrarse con The Sorrow (¿no era “Take a heart” un tema enorme?), The Time, The Chevrons (¡qué armonías!), The Thoughts o, claro, Marmalade. ¿Alguien conocía la versión con cuerdas de “I go to sleep” a cargo de The Fingers? ¿La escucharía de niña Chrissie Hynde? Sí, “Fab gear” supone una experiencia agotadora: rock británico antes de la psicodelia. Ojalá agotarse fuera siempre tan divertido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *