Cuesta creer que Pat Metheny sea un músico ya de 66 años, con cerca de medio siglo como músico en activo y casi otro medio centenar de entregas discográficas bajo su firma, a poco que sumemos las diferentes formaciones, combinaciones y alianzas que ha liderado: por actitud vital, presencia escénica y, sobre todo, vitalidad artística, le tendríamos por un hombre instalado en una eterna juventud. Su manera de renovar votos en esa permanente vocación de sorpresa pasa esta vez por adentrarse en el mundo de la guitarra más clásica, hasta el extremo de que Road to the sun se convierte en el primer álbum con su nombre en el que apenas tenemos ocasión de escucharle a él, sino solo un par de extensas suites de su autoría.

 

Hay dos grandes piezas, subdivididas en movimientos, que configuran el menú de esta entrega sorprendente, no solo por su singularidad sino por la rapidez con la que sucede a su excelsa antecesora (From this place, 2020). La primera, Four paths of light, comprende cuatro partes y es una obra para guitarra solista que aborda Jason Vieaux. La segunda, Road to the sun, se extiende durante seis pasajes y corre a cargo del prodigioso Los Angeles Guitar Quartet, aunque el propio Metheny agranda la alineación en un par de ocasiones. A modo de epílogo, por fin, llega la inversión del juego: el Metheny intérprete es quien asume una obra ajena, Für Alina, escrita por el eminente estonio Arvo Pärt originalmente para piano.

 

El neoyorquino Vieaux y los californianos LAGQ tienen en común su evidente compromiso de hacer permeables los circuitos clásicos a estilos y repertorios más contemporáneos, lo que agranda las complicidades con un hombre de espíritu tan eternamente ecléctico, inquieto y curioso como Metheny. El guitarrista de Kansas es uno de los grandes jazzistas del último medio siglo, pero nunca ha aceptado corsés ni categorizaciones. Por eso Four paths podría servir como estudio para cursos elevados de Conservatorio, con una primera parte endiablada y muy contemporánea y un segundo movimiento adorable, nada lejos de aquel primer gran elepé acústico de Pat que fue en 1979 New Chautuaqua.

 

En cuanto a Road to the sun, no solo es mucho más accesible, por la multiciplicidad de voces, sino también más reconocible en su naturaleza metheniana. Partiendo de una vocación clásica, por sus poros se filtran los aires brasileños (una constante en los años del siempre añorado Pat Metheny Group), la inmensa capacidad evocadora de los años iniciales que repasaba el directo Travels (búsquense las conexiones en la primera de las seis partes de la suite) y, sobre todo, el siempre confeso amor de Metheny por la guitarra española, desde Tárrega a, quizás más aún, Moreno Torroba (atención a la parte 2). Cuando es el propio Pat quien irrumpe, inconfundible, en la bellísima parte 5, ya queda claro para el aficionado de toda la vida que la inversión en el nuevo álbum ha merecido la pena.

 

Queda todavía el homenaje a Pärt, nueve minutos de propina y ocasión para que nuestro protagonista desenfunde su ya célebre guitarra Pikasso, ese armatoste de 42 cuerdas que suena no sabemos si como un arpa o como un cuarteto entero. Mucho que escuchar, nuevamente, en este nuevo trabajo de un viejo y muy querido amigo, capaz aún de cambiarnos el paso y llevarnos por territorios nada frecuentados ni predecibles.

 

 

2 Replies to “Pat Metheny: “Road to the sun” (2021)”

  1. Si, todo un veterano. Sus discos de los 80’s los explotamos a tope como sintonias de programas. Que necesidad tenia de sintetizar tanto su guitarra si ya tenia para eso al desaparecido Lyle Mays.
    P.D.: Ya tengo a Geoge Benson, justo a tiempo. 😊

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