En la inagotable cantera de prodigios brasileños, Pedro Rosa es todavía solo un ejemplo incipiente, pero no le perdamos de vista ante la posibilidad manifiesta de que su nombre se vaya agigantando. Midnight alvorada es un canto a la fragilidad, el intimismo y el recogimiento desde la propia paradoja de su título, el primer ingrediente maravilloso de un trabajo que acumula unos cuantos. Alborada –con be– es el tipo de canción folclórica que en culturas como la gallega se utiliza en los pasacalles para despabilar al vecindario al punto de la mañana, por lo que su formulación conceptual tiene en origen muy poco que ver con el momento brujo de la medianoche. Pero aquí se invoca mucho más al silencio que a la algarabía, y es todo ese espíritu de mimo y sutileza lo que hace tan disfrutables esta decena de composiciones propias.

No hay manierismos, filigranas ni fuegos fatuos en la obra de Rosa, afincado desde hace años en España y que de hecho ha recalado en Alquimia Records, los estudios del exquisito guitarrista acústico mallorquín Tugores, para registrar este trabajo de debut. En un ejercicio de humildad, nuestro protagonista ha preferido compartir escritura y autoría del disco íntegro junto a su amigo de infancia Rafael Mourão, al tiempo que abre el menú con una preciosa declaración instrumental de amor maternofilial, Mãe, con la que deja constancia de su guitarrismo delicado y la influencia explícita y manifiesta del guitarrista carioca Guinga, cuyo ascendente sutil sobrevuela toda la grabación.

Hay pocos momentos eufóricos, aunque la muy futbolera y divertida Com a bola no pé opta por el samba e incluye el ingrediente inusual del precioso clarinete de Iván Sacerdote. La declaración de amor más efusiva llega con Sara, que además cuenta con las aportaciones vocales de Mônica Salmaso y se enriquece con arreglos de cuerdas. Y tampoco obviemos la temática de denuncia política en Como vai você, que agranda el espectro temático y ambiental de Rosa, al igual que su incursión en la cultura caipira en el caso de Na rota do Umbuzeiro, a la que añadimos la voz y percusión corporal de Vanessa Moreno.

No hay hallazgos manifiestos ni deslumbrantes en Midnight alvorada, pero su propio artífice es el primero que ni los busca ni los propicia. La suya es una carta de empatía y agradecimiento hacia el prójimo, un canto sensible y sencillo que nunca está de más.

Pedro Rosa presenta ‘Midnight alvorada’ en el Café Berlín de Madrid el domingo 28 de enero