¿Quedará mucha gente por ahí afuera que recuerde la trayectoria en solitario del mayor de los Finn? Incluye varios títulos, y este es el ejemplo más palmario, merecedores de nuestro cariño, incluso pese a su anacronía: no figura Escapade entre los presumidos hijos de los ochenta que mejor han resistido el paso de los años, quizá porque esa producción sintetizada de la época (Staring at the embers) hoy nos suena roma y artificiosa.

 

Volvió a aflorar Tim Finn en tertulias y mentideros al saber en 2018 del fichaje de Neil Finn por Fleetwood Mac, una circunstancia inesperada y hasta extravagante: nadie esperaba tal desenlace al nuevo capítulo del divorcio con Lindsey Buckingham. ¿Pero qué pensaría Tim de un nuevo y tan flamante hito en el currículo del hermano pequeño? Porque nuestro protagonista de esta página fundó los imprescindibles Splitz Enz y había dejado un fraternal huequecito a Neil, que entonces no era ni mayor de edad pero ya despuntaba como el compositor deslumbrante que luego no dejó de ser durante las décadas sucesivas.

 

Quizá enrabietado, Tim emprendió este camino en solitario que hoy casi nadie tiene en mente, a pesar de que Escapade constituyó un éxito inmenso en tierras neozelandesas y se abría con un reggae, Fraction too much friction, encantador y endiabladamente pegadizo. Neil, por su parte, fundó Crowded House para escribir algunas de las mejores páginas pop de la historia; Tim acabaría obteniendo un puesto gregario durante un breve periodo de la banda. Cómo cambian las tornas.

 

En Escapade había algún exceso ultrarromántico, de acuerdo, como In a minor key; intentos de pop comercial casi a la manera de Chicago (Made my day) y acercamientos al soft-pop que, en Wait and see o Below the belt, bien pueden recordarnos a aquel Ian Matthews elegantísimo del álbum Stealin’ home. Pero el disco tiene gracia en su conjunto; es alegre, inspirado, luminoso y eminentemente melódico. E incluso sorprende la mezcolanza entre metales y sintetizadores de I only want to know, que contra pronóstico acaba sonando ingeniosa y divertida. Pelusas fraternales al margen, urge que rescatemos a Tim.

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