¿Cómo resistirse a estas alturas a un caramelo? Y, sobre todo, ¿qué necesidad habría de hacerlo? Desatienda los consejos de su médico, porque no merece la pena que nos pongamos severos en este caso: un poco de azúcar pop no le sienta mal a nadie y The Fratellis han sabido acertar aquí con la dosis adecuada.

 

Es imposible no entrar en calor ante un primer tramo tan fulgurante como el que aporta esta quinta entrega de los escoceses: Stand up tragedy es pop soleado y bailable con onomatopeyas para el tarareo y guitarrita funk, Starcrossed losers mantiene la velocidad y aporta un adictivo estribillo con gritito en falsete y Sugartown, en fin, lo sugiere todo desde el título y juega la baza infalible de apuntar hacia el pop cándido de los años sesenta. Y así podríamos seguir con un disco que no se complica la vida con la esperanza de hacerle un poco más liviano al oyente el trance de la existencia cotidiana.

 

Puede haber cortes algo indulgentes (Told you so parece una buena definición para un tema de relleno, eso que los ingleses llaman fillers), pero también nos encontramos sorpresas como el ramalazo discotequero de la encantadora The next time we wed, que habría venido bien, imaginemos, para reactivar la carrera de ¡Scissor Sisters! Puede que Jon Fratelli y compañía no hayan llegado tan lejos como intuyó media humanidad tras el debut encantador de Costello music, 11 añitos atrás. Pero, señores, esta gente proviene de Glasgow y dispone del gen de la melodía desde la mismísima cuna. ¿Cómo resistirse al gas de la risa en Laughing gas? Y, sobre todo, ¿qué necesidad habría de ello?

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