Siempre hay que aprovechar los momentos de buenas migas con las músicas, y el gran John Darnielle, que tiene larga tradición de engatusarlas, parece dispuesto a exprimir el romance al máximo. Dark in here no solo es su tercer álbum en menos de año y medio, después de agasajarnos con Songs for Pierre Chuvin y Getting into knives a lo largo del curso pasado, sino que incluye todos los ingredientes para que lo consideremos el más brillante de los tres. Por la versatilidad del repertorio, sin duda; por la capacidad de apartarse de los cánones convencionales, más aún.
Darnielle acumula con este una veintena de álbumes, un lote en el que puede meterse la mano al azar con la seguridad de que extraeremos un trabajo más que interesante, y al tiempo ejerce de novelista reputado entre los círculos indies. Esa capacidad para la fabulación aflora en Dark in here, poblada de personajes paranoicos y desconcertados, pero sobre todo desconcertantes una vez que, como oyentes, empezamos a saber de ellos. Hay que ser muy literato para titular una de las grandes joyas del lote The slow parts of death metal albums, una exquisitez al ralentí que se acerca estilísticamente mucho a Dawes, otros magos del pop con pajarita. Y otras referencias que pueden venirse aquí y acullá a la cabeza, desde The Decemberists a Tindersticks, no son menos refinadas. Arguing With The Ghost Of Peter Laughner About His Coney Island Baby Review es un título enorme, en todos los sentidos, que validaría con sumo gusto Colin Meloy.
Grabar en Muscle Shoals, los reverenciados estudios de Alabama, solo podía reportar consistencia añadida, más aún si de vez en cuando asoman los teclados de un icono de aquella factoría, el veterano Spooner Oldham. Pero más singular resulta la presencia de vientos y metales que aquí y allá dejan un regusto jazzístico maravilloso. Todo el disco, en realidad, es un prodigio de sosiego y sutileza (To the headless horseman, When a powerful animal comes) que se consolida cada vez que volvemos a pulsar el Play.
Gracias por descubrirme a estos muchachos, de los que no tenía noticia.
¡Para eso estamos! (entre otras cosas) 🙂