No tengo nada claro que me guste el formato EP. Es más, tiendo a percibirlo como un pequeño incordio: me suena a obra inacabada, inconclusa, a discurso a medio enhebrar, a sí pero no. Es una objeción de partida, pero con esta entrega de Ana Laan conviene abrir el apartado de las excepciones. Porque este “Camino del agua”, urge comunicarlo, es una absoluta maravilla. Una preciosidad. Una conmoción. Cinco canciones sin mácula, dos en castellano y tres en inglés. La inaugural “Gris profundo”, con toda su carga crítica (y de profundidad), remite a la voz pausada, sedosa y alejada de cualquier órbita que nos enseñó la fabulosa Cristina Lliso. Las piezas en inglés encajan más con la canción folk de autor, pero, siendo todas ellas realmente hermosas, debemos hacer escala en “I’m not here today”: un primor ultrasensible, una caricia de belleza, la estela de Aimee Mann o Inara George. Nos deja Laan con la miel en los labios, porque 18 minutos, claro, saben a muy poco. Pero son 18 minutos fantásticos que nos piden, a gritos, una prolongación. Que no se quede esta minúscula obra maestra en una anécdota: apresurémonos ahora a ensanchar el camino.

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