Me encariñé de Ásgeir hace unos tres años, cuando ‘In the silence’ llegó a mis oídos. Seguramente no muy pronto, pero era inevitable que acabara sabiendo de aquella preciosidad. Por dos motivos. En su versión original islandesa se había convertido en el disco más vendido del siglo en la isla, hasta el punto de que casi uno de cada tres hogares disponía de su pertinente ejemplar. Y además, a la hora de traducir y adaptar el repertorio al inglés, el padrino había sido el fascinante John Grant, un ya casi islandés de corazón al que también acabó seduciendo, sin remedio, el pop etéreo y ultrasensible de este tal Ásgeir Trausti Einarsson, un jovencito barbudo de gélida mirada turquesa. Puede que este ‘Afterglow’ no sea la consolidación irrefutable que debiera, quizás porque la segunda mitad del disco se vuelve más reiterativa, menos inspirada y demasiado conservadora, pero seguimos estando ante un muchacho de habilidades evidentes. Si en la B tienes a Bon Iver, en la A seguro que le encuentras hueco al chico isleño.