Envejecer es un proceso latoso. De acuerdo, la única alternativa posible tampoco parece la más aconsejable, pero nadie que merodee la condición de septuagenario dejaría pasar la ocasión, si existiera, de cambiarse por un veinteañero. Pero esto de la veteranía también tiene su parte buena. La fundamental: ir por libre, conjugar la primera persona (la única que, en último extremo, nos compete) y aplicar siempre que se pueda, y que no se deriven daños colaterales, la santa voluntad. Boz Scaggs anda ya por las 74 primaveras, lleva en este negocio de la música popular desde hace medio siglo largo y comenzó como un artista sustancial, pero siempre le recordamos por “Lido shuffle” y demás éxitos de su periodo más grandilocuente y ampuloso. A estas alturas del partido, claro, el que fuera incluso integrante de la primera Steve Miller Band no procura tanto la notoriedad fugaz como la huella duradera. Y este “Out of the blues”, que parece la culminación de una trilogía junto a “Memphis” (2013) y “A fool to care” (2015), le retrata como un artista íntegro, sereno, experimentado, relevante, merecedor dignísimo de nuestra fascinación. El blues eléctrico ejerce de hilo conductor prioritario, con más poso que aridez en una voz que siempre supo decir las cosas. Y son versiones las que en su mayoría alimentan este repertorio, en ningún caso indulgente ni trillado. Hay visitas al cancionero de Jimmy Reed, incursiones en el de Bobby “Blue” Bland (el irresistible “I’ve just got to forget you”, puro soul de la vieja escuela) y alguna aportación propia, como “Little Miss night and day”, que parece de hace 60 años. Y la sorpresa colosal de reencontrarnos con “On the beach”, de Neil Young, en versión mínima. Emocionante. Definitivamente trascendente.

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