El bueno de Nick Rattigan lleva cerca de una década operando bajo este apelativo de Current Joys, pero no es hasta ahora, a la altura ya de su séptima entrega, que se ha encerrado en el estudio para manufacturar una obra verdaderamente aseada y redonda, sin el lastre reiterado de la urgencia y el sonido de baja fidelidad. Voyager sabe a desquite, porque tira de generosidad (16 cortes y sus buenos 55 minutos) para exhibir una artillería adictiva. Mucho, en más de una ocasión. Vaya por adelantado solo una advertencia: mientras sigamos sin ese eternamente anunciado nuevo disco de The Cure entre las manos, Amateur aspira a erigirse en el mejor paliativo ante el absentismo de Robert Smith.

La sombra del padre de Boys don’t cry planea aquí y allá por Voyager, una prueba clara de que nuestro jovenzuelo de Reno (Nevada) ha orillado tanto el espíritu desastrado de anteriores grabaciones como esos impulsos garajeros que se le disparan cuando opera como la mitad del dúo Surf Curse. Esta colección no solo es más refinada, sino propicia para la escucha absorta ante la habilidad con la que maneja los sencillos motivos melódicos de guitarras y sintetizadores, por no hablar de las excelentes líneas de bajo. A Calypso, por ejemplo, le bastan unas pocas notas reiteradas a las seis cuerdas para trazar un bucle fascinante. Y otro tanto acontece con los teclados de Altered states, ligeramente emparentados con los de aquel Wishful thinking de China Crisis y una de las pruebas más irrefutables de que nos encontramos ante un gran álbum.

Menos desaliño y tres hurras por el post-punk. Ese parece el leit motiv de Rattigan, que deja rienda suelta a su pasión por el cine de alta escuela (hay alusiones directas en los títulos a Hitchcock o Lars von Trier) y desliza un homenaje a su admirado Nick Cave al permitirse una versión de Shivers, de Boys Next Door, la efímera banda que el australiano encabezó a finales de los setenta. Hay por ello hueco para la vulnerabilidad y la congoja, sobre todo en las pocas y excelentes baladas (The spirit of the curse, Voyager pt. 2). Pero queda, ante todo, la certeza de que Nicholas Foster Rattigan ha dado el salto definitivo a la primera división de los cantautores indies estadounidenses.