El que acaso pudo haber sido el álbum de despedida de Fleetwood Mac se quedó de momento por el camino, a la vista de que Stevie Nicks ha decidido enfadarse con el mundo. Pero mientras tanto, y seguramente contra pronóstico, Lindsey y Christine han escrito sus canciones más poderosas, adictivas y fascinantes de los últimos 35 años. La dama y el caballero suman ahora mismo 140 primaveras (73 y 67, hagan la cuenta), pero su capacidad para el pop luminoso y duradero no parece conocer límites. “Red sun”, o el desamor es más llevadero si tienes un estribillo para dejarte la garganta, figura entre lo mejor de McVie de todos los tiempos e incluye guiños rítmicos a “Hold me”, igual que el baladón “Game of pretend” remite a los años de “Songbird”. Y qué decir de “Feel about you” y su aire de calypso, de brisa en la cara, de sonrisa duradera. En cuanto a Buckingham, “In my world” también es sensacional y recuerda con su Uh-oh-ah a “Big love”, de la misma manera que “On with the show”, orgullosa proclama de aquí-seguimos-dando-el-callo, recupera un motivo de “You and I part II”, composición a medias entre estos dos geniecillos para “Tango in the night” (1987). Y “Love is here to stay”, claro, con esa manera tan especial y única de Lindsey para pellizcar las cuerdas de la acústica. En fin, puede que todos fuésemos un poco escépticos, pero esta es una lección mayúscula de pop a cargo de la aristocracia septuagenaria del género. Y los jovenzanos ya pueden tomar apuntes.