Existen placeres inconfesables y existen también los difícilmente homologables. Reencontrarnos con el trabajo postrero de Ali Farka Touré forma parte, sin ningún género de dudas, de estos últimos. Y si es en esta flamante edición por primera vez en vinilo, con ejemplares de 180 gramos y los 13 cortes originales redistribuidos en tres caras, las glándulas salivares se nos volverán locas sin remisión. El incuestionable rey del blues del desierto sabía con toda probabilidad que Savane estaba llamado a ser su último trabajo. Rondaba los 65 años, el cáncer de huesos avanzaba sin remisión y se encerró en los estudios de Bogolan (Bamako, la capital de Mali) para legar este mayúsculo testamento artístico. A Touré lo había descubierto el mundo occidental muy a finales de los ochenta y acabaría convirtiéndose en una estrella internacional de la world music después de compartir un álbum inolvidable con Ry Cooder. Pero Savane, en su condición de despedida, era un álbum más tradicional y contenido; una grabación esencial hasta un grado estremecedor. Producía Nick Gold, como corresponde a los grandes episodios históricos del sello World Circuit, y su principal mérito consiste en dejar hacer. Savane suena, ahora todavía más que en su momento, limpio e imperfecto, tosco y emocionante. Ali había impresionado a guitarristas y músicos de medio planeta (nuestro Kiko Veneno se cuenta entre sus más apasionados admiradores) como el John Lee Hooker del continente negro, un paralelismo que aquí, sin maquillajes, se acentúa todavía más. Hay durante toda la obra cuerdas que cerdean, microtonos, frases en las que el trance supera en trascendencia la propia afinación. Savane (“sabana”), el tema central, resulta estremecedor, pero también podemos quedarnos absortos con Mechengoidi (un relato sobre el día a día de pescadores y agricultores) o el instrumental Hanana, canción de ritual para las vísperas de las ceremonias de circuncisión. Hay otros tres álbumes a los que World Circuit concede por vez primera honores de edición rutilante en LP: Omara Portuondo, Guillermo Portabales y el debut de nuestros queridos e inolvidables Radio Tarifa, también como doble vinilo y hasta estrenando una portada que nada tiene que ver con la original de 1993. Savane es la culminación de enseñanzas esenciales por las que también habían pasado Robert Johnson o Taj Mahal. Una cosa muy seria.