No le han faltado nunca inquietudes ni actividades paralelas a Paul Banks, uno de esos cerebros en ebullición al que se le queda corta una responsabilidad tan cotizada como el liderazgo y voz cantante de Interpol. Este debut homónimo de Muzz (que se presenta, ¡por favor!, con la portada más escandalosamente linda de la temporada) supone su encuentro con otros dos tipos muy listos y cualificados, el batería Matt Barrick (The Walkmen) y el guitarrista de Bonny Light Horseman, Josh Kaufman. Y juntos, sin pretenderlo, le han acabado poniendo la mejor banda sonora posible a los momentos anímicos más mustios y lánguidos de este malhadado año de todas las calamidades.

Muzz es un disco para entornar las luces, apagar los dispositivos electrónicos y encomendarse a los abrazos. El tono de Banks y sus colegas es crepuscular; decadente, si queremos llamarlo así. Nostálgico, sí, pero también reposado y sereno. Su tristeza acaba resultando, por paradójico que parezca, el mejor cataplasma posible para nuestras almas apesadumbradas. Porque la congoja puede ser bella, por mucho que nos deje sin respiración. Y la contenida en estas 12 perlas de aquí lo es. Vaya sí lo es. Basta escuchar la preciosidad con la que se abre la colección, Bad feeling, para refrendar que de esas “malas sensaciones” se pueden extraer poderosos instrumentos para la inspiración.

No encontraremos grandes sobresaltos rítmicos a lo largo de estos tres cuartos de hora, pero sí guiños a algunas de esas bandas que nos vuelven locos. Red western sky parece, con su aire de monótono salmo y la batería marcial, una apelación muy evidente al universo de The National. Y la voz afligida de Paul remite tan pronto a Lambchop como a Tindersticks (Everything like it used to be). ¿Cómo resistirse a tanta tristeza? Mejor, mucho mejor, bajar nuestras defensas ya de partida. All is dead to me puede inspirar toda la desolación del mundo, pero es una obra de arte. Ni siquiera hay euforia, pese al título, en Summer love. Y siempre nos queda la opción de mecernos bajo esa especie de brisa tahitiana que sopla durante Patchouli. Delicia.