Que no nos sirva de excusa la cantinela de la España periférica: es imperativo conocer al pacense Rui Díaz y su cuarteto de aliados, La Banda Imposible, que se encargan de cubrir geográficamente las dos capitales extremeñas y, de paso, La Raya con Portugal. Los cinco han sido capaces de edificar este singularísimo álbum-río lleno de fronteras, evocaciones y sugerencias, a menudo con aire de country-folk y otras veces más orillado a la canción de autor, pero sin perder nunca una cierta aureola de magia, leyenda y misterio que lo hace más atractivo, peculiar e inconfundible. Así que avisémoslo y pregonémoslo, porque Badajoz no solo existe, sino que se vuelve aquí ineludible escala.

 

Díaz ya había debutado seis años atrás junto a sus Imposibles con Los heraldos negros, donde quedaban sentadas las bases de lo que aquí se refrenda con todo detalle. Porque La balada… es una suerte de elepé conceptual, o cuando menos temático, en el que se desarrolla de manera nada evidente la relación entre un hijo y un padre, Ray y el leñador del título, con la mitología en torno a Caperucita Feroz como marco de referencia. Solo que es el muchacho quien ejerce aquí las veces de lobo feroz, con alusiones a las incomprensiones, los recelos, el fuego y la sangre. Todo inquietante, todo muy sugerente.

 

El universo poético de Rui (que además es, como buen renacentista contemporáneo, autor de novela, cuento, teatro y guiones cinematográficos) se articula en torno a una voz grave, monocorde y propicia para el desasosiego, así como una escritura que evoca fronteras polvorientas, ademanes de folk e incluso algún guiño a Radiohead, como en la sensacional La hoguera. Si sumamos los ecos clásicos a Módulos y la afinidad razonable con alguna página de Depedro, por aquello de no prescindir de las alusiones ibéricas, tendremos una idea cabal de lo que encierra esta pequeña gran joya del occidente peninsular.

 

Hay mucho que leer y sobre lo que reflexionar aquí, siguiendo el hilo conductor y hasta disfrutando del arte, que corre a cargo de la gran Mayte Alvarado (Blackie Books). Una epopeya áspera, lírica y agridulce, muy alejada de los cánones más generalizados en la canción de autor. Bien por hacer factible lo que cargaba con la losa de la teórica imposibilidad.

 

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