Aún nos resistimos a apagar la tenue vela de la esperanza con ella, pero Lourdes Hernández es protagonista en primerísima persona de una de las trayectorias musicales más oscilantes, deslavazadas y, en último extremo, erráticas de todo lo que llevamos de siglo XXI. Protagonista de un debut sonado (I love your glasses, 2008) que la convirtió en artista revelación, emblema generacional y hasta paradigma de una pretendida nueva senda artística (¡ese Cigarettes!), fichó por una multinacional, refrendó tres años las mejores expectativas con un teórico disco de consagración (Fuerteventura, 2011) y en esas experimentó un súbito cortocircuito artístico, agudizado por una polémica absurda y cruel en torno a sus afinidades políticas con la derecha. Y así las cosas, regresó con un disco desnortado y dolorosamente mediocre, Agent Cooper (2014), un descarrilamiento casi trágico tras el que solo acertó a entregar una colección irrelevante de versiones (Karaoke, 2017) con la que nos abocó a un olvido piadoso, refrendado por su propia desaparición del mapa en todo este largo periodo.

 

En resumen: una lástima.

 

Y en esas, cuando ni la recordábamos ni parecía estar, porque desde luego nadie la esperaba, reaparece Russian Red de manera repentina, exhalando un aire de esperanza y reconciliación consigo misma y con su obra, abriéndole al fin la puerta al castellano y transmitiendo la sensación de que ha pulsado el botón de reset. Y eso es lo que este Volverme a enamorar representa, verbaliza y, en teoría, ofrece. Debería ser una buena noticia de la que congratularnos. Solo tenemos un problema: al fin y a la postre, aquí hay poco que celebrar.

 

Volverme a enamorar es el teórico quinto álbum de la cantautora madrileña, pero tenemos que tirar de generosidad y obviar el detalle de que sus ocho canciones apenas alcanzan los 20 minutos de duración. Y lo peor es que ese minutaje humildísimo acaba haciéndose largo. Porque lo conforma un cancionero que pretende resultar cándido y se vuelve a cada rato inane, en el que es difícil enamorarse de nada porque todo parece conducido por la mano de la irrelevancia, y donde no hay manera de que alguna estrofa se nos quede prendida del corazón o la memoria porque la magia, la sustancia, el discurso, la sorpresa o el chispazo no acertaron a pasar por ahí.

 

Y así las cosas, sin noticias a las que hacer mención, habrá quien encuentre relevante el batiburrillo bilingüe de This is un volcán, intento de reproducir la mezcolanza lingüística de Los Ángels que acaba teniendo tan poco recorrido como una clase de inglés a cargo de Los Toreros Muertos. Es una pena que no encontremos motivos para refrendar nuestro inicial alborozo; ojalá que a la próxima, por aquello de los giros de guion, Lourdes nos conduzca desde el inevitable escepticismo actual a una sorpresa en toda regla.

2 Replies to “Russian Red: “Volverme a enamorar” (2024)”

  1. Me puse a escucharlo (muy por encima porque no tenía tiempo) y fui pasando las canciones hacia adelante a ver por donde iban, y en cada punto que ponía, dio la casualidad que sonaban sus típicas armonías vocales; ahhhhh…
    Así varias veces.. y pensé; tendrá letras este disco??
    Luego ya fui a escucharlo entero y no pase de la canción 3.
    Malo. No hay por qué usar eufemismos. Es un disco malo.

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