Este 2021 parece empezar pasado de revoluciones, dispuesto aparentemente a mantenernos inmersos en este macabro carrusel de sobresaltos. Pero también comienza fuerte en el capítulo de sorpresas, porque dos semanas le han bastado para que nos encontremos con este primer e inesperado gran álbum de la temporada. A Sigmund Wilder, el nombre para los escenarios del barcelonés David Martínez, le conocíamos por un LP previo (más un EP) refugiado, como tantos otros antecesores, en unas letras en inglés que solo sirven para disimular inseguridades o dificultar la comunicación.

 

El vigor –también en lo temático y literario– de estos ocho temas en castellano refrenda el acierto de la decisión y multiplica el atractivo de este Desorden, un trabajo más diáfano de lo que podría evocar su título. Porque hay melancolía abundante y una observación nada complaciente de este entorno incómodo (“No hay droga tan dura en el mundo / capaz de evadirte como nuestra realidad”), pero también ánimo redentor. Sobre todo en Objetos perdidos, que cierra la colección con un margen holgado para la esperanza: “Hoy encontré mi sonrisa inocente y sincera”.

 

Martínez no solo es sagaz y poderoso en su ideario, sino que ha sabido refrendar el discurso de este debut en castellano con el valor añadido de las buenas compañías. Santos Berrocal y Fluren Ferrer se enrolan como wilders y responsables de esa misma producción a cuatro manos, Santos & Fluren, que ha otorgado vigor a las grabaciones de Love of Lesbian o Izal. El sonido de pop electrónico resultante es poderosísimo, con un pie en Depeche Mode y otro en The Cure, con alguna derivación oscura por el lado de los Editors. Y, en lo que se refiere a la escena peninsular, conexiones obvias con León Benavente; incluso en la teatralidad de la voz y la expresión pueden encontrarse parecidos entre Martínez y Abraham Boba.

 

Ocho canciones bien armadas y desarrolladas. 40 minutos. Lo ideal para una distribución entre Cara A y B. Como el cálido crepitar de un vinilo. Homenajes al líder primigenio de Pink Floyd (El fantasma de Syd Barrett). Amor en vena para el primer adelanto, Sin ti fue invierno: el repertorio es de gestación prepandémica, y eso ayuda al tono alentador. Y un tema cum laude en el caso de 14 segundos, poderosísimo, hipnótico, adictivo en sus bajos (y en todo lo demás). Ordenemos las ideas y no olvidemos este Desorden a la hora de recopilar lo acontecido en este nuevo año de todas las incertidumbres.

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