A la cantante, gaitera e investigadora Carme López Fernández, una lucense de 32 años y unos cuantos trienios ya de filiación con las músicas tradicionales, no hay nada que le seduzca tanto como la tradición oral y el papel de las informantes como heroínas anónimas que se han encargado de preservar, generación tras generación, un legado terruñero de valor incalculable. El papel de esas mujeres de lo rural para la supervivencia de melodías que, a falta de autores conocidos, pertenecen desde hace siglos al pueblo entero, cobra todo sentido y protagonismo con la decisión de que sus nombres den título a los 10 cortes de este estreno discográfico, uno de los proyectos más emotivos e ilusionantes en las lindes del folclorismo gallego, un territorio que últimamente (Tanxugueiras, Fillas de Cassandra, Caamaño & Ameixeiras, Mondra…) no deja de multiplicar argumentos para nuestro entusiasmo.
Vinde todas es no solo una obra de belleza ancestral, atemporal y definitivamente eterna, sino un acto de amor hacia la mujer como transmisora de sabiduría entre generaciones y hacia las recogidas o recolleitas como fuente todavía viva para acceder a coplas, cantares o tonadas que nacieron en algún momento pretérito, se han preservado de padres a hijos y constituyen un tesoro insólito, esclarecedor, plenamente vigente; un patrimonio comunal de valor incalculable. López se adentra en ese territorio, integra en su obra fragmentos de sus conversaciones con las viejitas, documenta con amor minucioso todo el proceso y resignifica todo ese caudal de música y poesía con unos arreglos tan modernos como poco invasivos. Porque Carmela prefiere el toque etéreo al zambombazo electrónico, un territorio en el que Baiuca sigue ejerciendo un dominio incontestable a lo largo y ancho de las tierras de Breogán.
Y no, no toda la materia prima tiene aquí orígenes remotísimos. A Rusia pequena, el romance que Severina confía a nuestra Carmela, rescata una historia de delaciones y fusilamientos al amanecer durante la guerra civil en el entorno de A Fonsagrada, también en la provincia de Lugo, unos territorios que el comandante Moreno, héroe local silenciado por el franquismo, intentó defender frente al golpismo, la metralla y la infamia. Es un argumento que avala una labor no solo etnográfica y musicológica, sino también comprometida. Y abierta en su marcado empeño intergeneracional. Tan pronto las Pandereteiras de Toutón asoman por O ramo como la savia nueva de Titiriteiras de Tarambainas aviva Rosiña o la zanfona de ese sabio precoz que se llama Germán Díaz agranda el calado emocional de Los loreles.
Carme proviene de esa orquesta folclórica fabulosa que responde al nombre de Sondeseu, un prodigio alentado desde Vigo por pioneros como Anxo Pintos (Berrogüetto). Pero Carmela no es una prolongación de su trabajo dentro de la música tradicional, sino un acontecimiento para este género que merece trascendencia por todo lo ancho de esta Iberia nuestra, tantas veces desconsiderada hacia su propio patrimonio inmaterial y sentimental.