Muchos descubrieron musicalmente Cabo Verde a partir de la figura irrepetible de la singularísima Cesária Évora, pero el archipiélago africano es en realidad una bisectriz geográfica y cultural que alberga, absorbe y engrandece multitud de identidades sonoras. Y la cantante y compositora Carmen Souza representa un ejemplo preclaro en este sentido, más allá de que su filiación caboverdiana venga matizada por el carnet de identidad, que fija su nacimiento en Lisboa y su residencia, desde hace ya más de una década, en las calles londinenses. De todo ello proviene con seguridad la efervescencia de estas ocho nuevas composiciones, que no se nutren tanto de la morna como de la canción de autor y los ritmos étnicos bajo el prisma de unos arreglos jazzísticos y un desfile de pianistas (el portugués Diogo Santos, el angoleño Joao Oliveira, el británico Deschanel Gordon) que siempre salpimentan y enriquecen el plato original.
Cuesta creer que Souza transite ya por su undécima obra, cuando la contemplan poco más de cuatro décadas y la frescura que emana de estos 33 minutos es incompatible con cualquier sospecha de agotamiento o cansancio. Al contrario, la artista esboza un pequeño hilo argumental en torno a los años en que estas 10 islas y ocho islotes eran explotados por el imperio británico, que hasta bien entrado el siglo XIX enviaba sus buques al llamado Porto Inglês (hoy, Vila do Maio) para exportar sin mayores escrúpulos las toneladas de sal extraídas de la isla de Maio. Hay orgullo local, conciencia social y compromiso histórico en unas piezas que hurgan en la historia con argumentos sorprendentes, comenzando por ese corte inicial, St. Jago, que relata el viaje de Charles Darwin por tierras caboverdianas en el año 1832. Y que denuncian lo peor del pasado colonial, el imperialismo y el castigo de la esclavitud en capítulos como Pamodi.
El álbum es revelador, espacioso en términos sonoros, inspirador, sensual y de una hermosura infrecuente, y además servirá al oyente poco familiarizado con estas latitudes para descubrir el funaná (en Amizadi, por ejemplo), la música tradicional de los campesinos de las islas, un ritmo agitado e imparable que contrasta con la morna (Cais d’ Port’ Inglês), ya de por sí una adaptación mucho más radiante del fado que llevaron los colonos portugueses. Porque estas tierras culturalmente riquísimas no se emanciparon de Lisboa hasta hace bien poco, el 5 de julio de 1975, lo que permite sugerir este Port’ Inglês como banda sonora oficiosa para celebrar el quincuagésimo aniversario de la independencia.
Las excelencias saltan desde la primera escucha al oído, pero el excelente libreto ayuda a desentrañar claves no muy evidentes y francamente divertidas. Por ejemplo, Ariope es un repaso a la casi cómica adaptación local de expresiones cotidianas en inglés: así expresan los criollos la acción de “darse prisa”, por derivación del hurry up! anglófono. Disfrutar, descubrir, aprender, emocionarse: lo que se dice una media hora larga muy bien aprovechada.
Carmen Souza visita España: Gines (jueves 14 de noviembre), Osuna (viernes 15), Marchena (sábado 16), Vitoria (martes 19), Madrid (viernes 22) y Almería (sábado 23)